El Papa Francisco, ofició una misa este lunes en el Tokio Dome, en el marco de una visita apostólica al Japón durante la que desarrolló un sinfín de actividades.

En ese marco, el Sumo Pontífice cuestionó la cultura del éxito a cualquier costo y advirtió el riesgo de «aislamiento social» que se da en países desarrollados como Japón. Esto lo atribuyó al «consumismo», «la competitividad» y «la búsqueda frenética de la productividad».

Además, exaltó el valor del diálogo y les inculcó a los jóvenes «la cultura del encuentro».

La jornada del Papa comenzó este lunes con una visita al Monumento de los mártires de Nagasaki, que recuerda la crucifixión de Pablo Miki y otros 25 compañeros, entre ellos cuales tres niños.

El pontífice habló de los mártires del pasado, pero también de los mártires de la actualidad.

En su tercer día de visita al Japón, después de su encuentro con las víctimas del terremoto, el tsunami y la falla de la central nuclear de Fukushima, el papa argentino se dirigió en automóvil al Palacio Imperial de Tokio para efectuar una visita privada al emperador Naruhito.

Francisco pidió por la libertad religiosa, un derecho que en Asia es conculcado en la mayoría de los países. Asimismo, formuló un llamado a «hacer un uso inteligente de la energía».