MIéRCOLES, 27 DE NOV

El Papa llama a transformar la iglesia para acercar a los jóvenes

Jorge Bergoglio en una asamblea de obispos pidió: “no los dejemos solos en manos de tantos mercaderes de muerte que oprimen sus vidas y oscurecen su visión".

El papa Francisco abrió este miércoles un sínodo (asamblea) de obispos llamando a «transformar» las estructuras de la iglesia, que según él se aleja de los jóvenes.

En una misa celebrada en la plaza San Pedro para inaugurar un sínodo de cuatro semanas dedicado a los jóvenes, el pontífice dio una conmovedora bienvenida a «dos hermanos obispos de China continental», un hecho sin precedentes en un sínodo.

La presencia de estos dos obispos miembros de la llamada Asociación Patriótica Católica China -controlada por el gobierno comunista- es consecuencia de un histórico y reciente acuerdo entre el

Vaticano y China sobre el delicado tema del nombramiento de obispos. Al final de la misa, una corta oración fue recitada en varios idiomas, entre ellos el chino.

«Comenzamos un nuevo encuentro eclesial capaz de ensanchar horizontes, dilatar el corazón y transformar aquellas estructuras que hoy nos paralizan, nos apartan y alejan de nuestros jóvenes, dejándolos a la intemperie y huérfanos de una comunidad de fe que los sostenga, de un horizonte de sentido y de vida» dijo el papa en la homilía.

Para el papa, la esperanza de los jóvenes incita a «romper el conformismo del siempre se hizo así».

«La misma esperanza nos pide trabajar para revertir las situaciones de precariedad, exclusión y violencia a las que están expuestos nuestros muchachos» agregó. «No los dejemos solos en manos de tantos mercaderes de muerte que oprimen sus vidas y oscurecen su visión», pidió.

Jorge Bergoglio pidió a los participantes «no caer en posturas eticistas o elitistas», así como en «la fascinación por ideologías abstractas que nunca coinciden con la realidad de nuestros pueblo», afirmó, citando un libro que escribió en los años 1980 en Buenos Aires.

Al abrir las labores de la tarde, el papa admitió que la mayoría de los presentes no son jóvenes, por lo que invitó a los casi 300 obispos y cardenales a abandonar las propias categorías y patrones mentales «vencidos», dijo.

«Sólo el diálogo nos hace crecer. Una crítica honesta y trasparente es constructiva y ayuda, mientras que la habladuría inútil, los chismes, las ilaciones y los prejuicios no lo hacen», advirtió.

Un mensaje indirecto a los sectores ultraconservadores de la Iglesia que conspiran contra su pontificado, algunos de ellos presentes en la reunión, como la delegación de Estados Unidos, de la que forma parte el arzobispo de Filadelfia, monseñor Charles Chaput, quien pidió la cancelación del sínodo por bordear la herejía.

Chaput apoyó las denuncias contra el papa argentino de proteger al cardenal Theodore McCarrick, acusado de abuso sexuales, a quien expulsó del colegio cardenalicio.

Fuentes de la Iglesia sostienen que el Vaticano prepara un informe sobre el tema.

Como en los sínodos precedentes, el esquema de trabajo es un debate abierto durante el cual los delegados o «padres sinodales» hablarán libremente algunos minutos durante la primera semana.

Los obispos escucharán también los testimonios de 36 jóvenes de todo el mundo, quienes hablarán de sus preocupaciones y abordarán temas controvertidos para la iglesia, como la libertad sexual y la homosexualidad.

Los prelados se dividirán en grupos por idiomas, discutirán y redactarán textos que servirán luego para el documento final.

En base a ese documento, aprobado por al menos dos tercios de los prelados, el papa preparará una «exhortación apostólica», el documento oficial de su pontificado dedicado a la juventud.

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