El papa Francisco lamentó este jueves la aparición de «nuevas formas» de racismo y xenofobia, al tiempo que convocó a la humanidad a poner en práctica una «cultura del cuidado» que respete el derecho internacional y humanitario.

«Es doloroso constatar que, lamentablemente, junto a numerosos testimonios de caridad y solidaridad, están cobrando un nuevo impulso diversas formas de nacionalismo, racismo, xenofobia e incluso guerras y conflictos que siembran muerte y destrucción», planteó el Papa en un mensaje divulgado para la Jornada Mundial de la Paz que se celebra el próximo 1 de enero.

En el escrito, que lleva por título «La cultura del cuidado como camino de paz», Jorge Bergoglio aseguró que «nuestros planes y esfuerzos siempre deben tener en cuenta sus efectos sobre toda la familia humana, sopesando las consecuencias para el momento presente y para las generaciones futuras».

«La pandemia de Covid-19 nos muestra cuán cierto y actual es esto, puesto que nos dimos cuenta de que estábamos en la misma barca, todos frágiles y desorientados; pero, al mismo tiempo, importantes y necesarios, todos llamados a remar juntos, porque nadie se salva solo y ningún Estado nacional aislado puede asegurar el bien común de la propia población», sostuvo.

En el día de su cumpleaños 84, el pontífice planteó que «la brújula de los principios sociales, necesaria para promover la cultura del cuidado, es también indicativa para las relaciones entre las naciones, que deberían inspirarse en la fraternidad, el respeto mutuo, la solidaridad y el cumplimiento del derecho internacional».

«A este respecto, debe reafirmarse la protección y la promoción de los derechos humanos fundamentales, que son inalienables, universales e indivisibles», pidió Francisco.

Para el Papa, «también cabe mencionar el respeto del derecho humanitario, especialmente en este tiempo en que los conflictos y las guerras se suceden sin interrupción».

«Lamentablemente, muchas regiones y comunidades ya no recuerdan una época en la que vivían en paz y seguridad», lamentó en ese marco.

Así, el mensaje del Papa recordó además que «muchas ciudades se han convertido en epicentros de inseguridad: sus habitantes luchan por mantener sus ritmos normales porque son atacados y bombardeados indiscriminadamente por explosivos, artillería y armas ligeras».

Francisco criticó además que en ese contexto «los niños no pueden estudiar. Los hombres y las mujeres no pueden trabajar para mantener a sus familias. La hambruna echa raíces donde antes era desconocida. Las personas se ven obligadas a huir, dejando atrás no sólo sus hogares, sino también la historia familiar y las raíces culturales».

Retomando el planteo que hizo en su reciente encíclica Fratelli tutti, el Papa abogó por «constituir con el dinero que se usa en armas y otros gastos militares un Fondo mundial para poder derrotar definitivamente el hambre y ayudar al desarrollo de los países más pobres».