El papa Francisco criticó este jueves el consumismo «obsesionado» con «lo que comeremos o con qué nos vestiremos», al celebrar en el Vaticano la denominada Misa de la Epifanía del Señor.

«Nosotros somos lo que deseamos. Porque son los deseos los que ensanchan nuestra mirada e impulsan la vida a ir más allá: más allá de las barreras de la rutina, más allá de una vida embotada en el consumo», planteó el pontífice durante la celebración en la Basílica de San Pedro.

«Nos hemos obsesionado con las necesidades, con lo que comeremos o con qué nos vestiremos, dejando que se volatilice el deseo de aquello que va más allá», criticó Francisco en su homilía.

En ese sentido, Francisco apuntó contra «la avidez de comunidades que tienen todo y a menudo ya no sienten nada en el corazón», tras asegurar que «la falta de deseo lleva a la tristeza y a la indiferencia».

Con estas palabras a seis días de iniciado el año 2022 el Sumo Pontífice deslizó su segunda autocrítica al catolicismo al preguntarse si la Iglesia no se encuentra en una posición de autoreferencialidad, tras haber criticado el «egoísmo» de los fieles al afirmar: «Renegar de la paternidad nos quita humanidad».

«¿Nuestras palabras y nuestros ritos provocan en el corazón de la gente el deseo de encaminarse hacia Dios o son lengua muerta, que habla sólo de sí misma y a sí misma?», se planteó Francisco,

En tanto, manifestó: «Es triste cuando una comunidad de creyentes no desea más y, cansada, se arrastra en el manejo de las cosas en vez de dejarse sorprender por Jesús».

Francisco, se pronunció de este modo al recordar que «llegados a Belén, los sabios de Oriente encuentran a un niño y se inclinan ante él», tras destacar que aquel gesto es una sorprendente muestra de cómo «acogen con humildad a aquel que se presenta con humildad».

De este modo, se remitió a la llegada de los Reyes «a la pequeña ciudad de Judea después de un largo viaje» para adorar a Jesús.