A pesar del avance del pecado y de los intentos diabólicos para derrumbar a la Iglesia, una considerable cantidad de profecías de santos y místicos, como así también el libro del Apocalipsis, hablan de un futuro donde reinará la paz y florecerá la fe en Dios. Sin embargo… ¿cómo podrán los tiempos que corren ir adquiriendo carácter religioso?

Dios, en su atemporalidad y omnisciencia, reveló que luego de la época que corre –con más pecados que la que antecedió al Diluvio– vendrá una purificación del mundo.

En la imagen del Tercer Secreto de Fátima de 1917, se ve un ángel pronto para incendiar el mundo con su espada, y es controlado por la intercesión de la Virgen María. Pero tres décadas después, Sor Lucía de Fátima tuvo una visión en la que esa purificación sucedía, y vio desastres naturales e inundaciones, como si hubiera pasado.
En 1973 en las apariciones de Akita, que son la continuación de Fátima, la Virgen habla de que vendrá un castigo peor que el diluvio, si los hombres no se arrepienten y mejoran.

Si bien no hay precisiones sobre hasta cuándo Dios permitirá que las fuerzas diabólicas avancen con su destrucción, el Venerable Bartolomé Holzhauser del siglo XVII anunció que la intervención celestial será “inesperada y que sobrepasará toda imaginación humana”.

En su comentario sobre el Apocalipsis, dijo que está aconteciendo el “final de la Quinta Época del mundo y la Iglesia”: este período –marcado por la corrupción– comenzó alrededor de 1520 y un hecho clave fue la herejía luterana.

Según Holzhauser, al final de esta Época de Aflicción todo será desolado por la guerra, por los obispos y sacerdotes infieles, la herejía cundirá dentro de la Iglesia, los súbditos serán oprimidos, las riquezas extirpadas y habrá miseria por todas partes.

Pero en el mismo momento en que todo parezca perdido, Dios intervendrá de forma inesperada. “Cuando todo haya sido arruinado por la guerra; cuando los católicos se vean presionados por correligionarios traidores y herejes, entonces la mano de Dios Todopoderoso obrará un cambio maravilloso, algo aparentemente imposible según el entendimiento humano”, advirtió Holzhauser.

Así comenzará el Sexto Período de la Iglesia: la Época de la Consolación, que iniciará con un Papa Santo y un Emperador Poderoso.

Según el religioso, esta será una época donde Dios consolará a su Iglesia después de las muchas mortificaciones y aflicciones que había soportado en el Quinto Período, porque todas las naciones serán llevadas a la unidad de la Verdadera Fe Católica y hombres vivirán en paz tras hacer las paces con Dios.

Sin embargo, la maldad será difícil de eliminar: la Quinta Época terminará en un gran castigo, cuyas dimensiones son desconocidas porque dependen del nivel de conversión del mundo.