La Arquidiócesis Primada de México compartió esta semana la primera fotografía tomada a la imagen original de la Virgen de Guadalupe.

La imagen fue difundida a través de las redes sociales de la Arquidiócesis, que recordó que «la tarde del 18 de mayo de 1923, el fotógrafo Manuel Ramos tuvo el honor de ser el primero en retratar directamente el ayate de Juan Diego, la imagen de la Virgen de Guadalupe, sin el vidrio protector».

«La oportunidad se presentó gracias a un cambio de marco, además de otros arreglos que necesitaba la imagen para su conservación después del atentado que sufrió el 14 de noviembre de 1921, cuando hicieron explotar una bomba dinamitera a los pies del ícono», rememoró.

Aquel hecho ocurrió de la siguiente manera: un hombre ocultó una bomba de dinamita entre las flores que colocó a los pies de la imagen de la Virgen de Guadalupe, en la que hoy se conoce como la antigua basílica de Guadalupe, la mañana del 14 de noviembre de 1921.

El explosivo estalló cerca de las 10.30 de ese día y causó daños en las gradas del altar; los candelabros; y en un pesado crucifijo que quedó retorcido y hoy se conoce como el Santo Cristo del Atentado.

Es a raíz de esto que el 14 de noviembre de 2021 se decidió comenzar a celebrar en la Basílica de Guadalupe el Año Santo en conmemoración del atentado, un período de gracia que culminará el 20 de noviembre.

En su publicación, la Arquidiócesis de México recordó el gran valor que tuvo para Manuel Ramos fotografiar a la Virgen de Guadalupe: «Su devoción aumentó y comenzó a involucrarse más en fotografiar eventos de la Iglesia, como el Centenario de la Aparición de la Virgen».

«Cabe destacar -continuó- que las fotografías tomadas del lienzo se convirtieron en las imágenes oficiales de la Virgen de Guadalupe, imágenes que tuvieron una amplia circulación entre los devotos durante los años veinte y treinta», apuntó.

¿Cuándo se apareció la Virgen de Guadalupe?

La Virgen de Guadalupe se apareció de forma milagrosa al indio San Juan Diego del 9 al 12 de diciembre de 1531, en el cerro Tepeyac, al norte de la actual Ciudad de México.

Como un signo de la veracidad de las apariciones, en su último encuentro, la Virgen le confió a Juan Diego unas rosas que aparecieron en el árido cerro.

Según repasó el Aciprensa, cuando Juan Diego abrió su tilma para presentarle las flores al Obispo de México, Fray Juan de Zumárraga, todos contemplaron que la imagen había quedado milagrosamente impresa en la tela. Casi 500 años después, la imagen original de la Virgen de Guadalupe se conserva en su santuario en Ciudad de México, al pie del Tepeyac.