La Virgen de Garabandal y de Fátima tuvieron una aparición histórica en El Salvador. Fue allí, donde dejaron un mensaje impactante y urgente, que no puedes permitirte pasar por alto.

El padre Próspero Lozano, fue una figura central en estas apariciones, y su narración nos llevará a través de un viaje fascinante.

Entre 1979 y 1992 El Salvador vivió una terrible guerra civil. Y las hermanas Lidia y Flor Rivas, de 13 años y 10 años, empezaron a ver a la Santísima Virgen en el cantón Las Rosas, comenzando el 2 de febrero de 1984 y hasta 1989.

En ese tiempo de la guerra no tenían ni energía eléctrica ni agua potable en su casa. La mamá comenzó a difundir la noticia y así llegó a la madre del hoy Padre Próspero, y comenzó a ir a las primeras manifestaciones.

Luego presentó a las niñas a Próspero, que tenía 17 años y estaba estudiando en la capital.

Y un día las niñas le dijeron a Próspero que la Santísima Virgen quería que pasara a máquina los mensajes que daba, porque se le iban a llevar al Obispo. Entonces ellas le llevaban los mensajes manuscritos y le decían cuales tipografiar según la indicación de la Virgen.

Los mensajes eran en un lenguaje muy elevado y densos espiritualmente, excediendo la capacidad intelectual de las niñas.

Con giros idiomáticos españolizados, decía vosotros, que las niñas no hablaban así.

Y mencionaban cosas impensables, como la crisis que iba a vivir la iglesia.

Pasaron unos tres meses y la niña Lidia recibió un mensaje de la Virgen que le decía que había elegido a Próspero para sacerdote.

Él nunca imaginó ser sacerdote y empezó una gran batalla espiritual. Pero al pasar los meses la Virgen le regaló unas gracias y señales especiales que le ayudaron a discernir.

Y en oración le dijo a la Virgen “madre acepto el reto con una condición, que no me dejes ni un momento, voy a intentarlo”.

Pero durante su seminario, e incluso hasta el momento de su ordenación como diácono, pensó que era una prueba, como el sacrificio de Isaac por Abraham.

Hoy Próspero ya lleva tres décadas de sacerdote.

Las primeras palabras que la Virgen le dijo a las niñas fueron “Yo vengo a traer la paz, Mi hijo me ha dado el don de la paz”.

Y lo cumplió, porque desde que se firmó la paz en 1992 no hubo guerra.

Lidia contó cómo veían a la Virgen

De repente les llegaba una ráfaga suave de viento. Y todo empezaba a parecerse como un telón celeste, se iban formando nubes y de las nubes se hacía como una escalera.

Entonces bajaba la Virgen hasta el último peldaño y les decía, tomen el lapicero y el cuaderno, que les voy a dictar.

Un día la Santísima Virgen les dijo que hicieran un pocito y les señaló el lugar.

Ellas obedientes lo hicieron y llegaron a una profundidad de menos de un metro, porque había piedras.

La Virgen entonces les dijo, déjenlo así que allí haré brotar agua.

Y el 5 de junio de 1984 comenzó a brotar agua, que Ella dijo que es para sanación física y espiritual.

Y ha habido muchas sanaciones hasta hoy en día después de tantos años. Allí se ha hecho una pequeña capillita.

Cuando el padre Próspero fue a hablar con el Obispo de entonces, Oscar Barahona, y le llevó los mensajes, el Obispo le dijo que estas apariciones tenían que haber sido ciertas, porque en el año 1984 en El Salvador, no se conocía nada de los mensajes de Garabandal.

Y hace un par de años el Padre Próspero tuvo la ocasión de conocer a Conchita, la vidente principal de Garabandal, y le pidió su opinión sobre los mensajes de las niñas.

Conchita los leyó y le dijo que es el mismo mensaje que la Virgen les dio en Garabandal.

Hoy la misión del Padre Próspero es dar a conocer los mensajes, llevar gente en peregrinación y que allí recen el vía crucis.

¿Y qué fue de la vida de las niñas?

Una se casó y vive en EE.UU. y otra se hizo consagrada del Opus Dei y se niega a hablar de las apariciones.

¿Y cómo se les presentaba la Virgen?

La Virgen se presentó en algunos casos vestida como Nuestra Señora de Garabandal y en otros casos como Nuestra Señora de Fátima. Y en Navidad aparecía con el niño en brazos.

Sus mensajes fueron el resumen de los mensajes de Garabandal y de Fátima, con algunas expresiones que hacen acordar a La Salette, Akita y Umbe.

Ella quiso repetir en el nuevo mundo lo que había dicho en el norte y que había sido olvidado y crear una corriente de peregrinación.

¿Cuáles fueron los mensajes principales que se dieron en El Salvador?

“Hijas mías, recen mucho por los que se dejan engañar. Cardenales, Obispos, Sacerdotes van caminando a la perdición y ellos se llevan muchas almas”, es lo mismo que el segundo mensaje de Garabandal.

“En ningún sitio reina el orden; satanás ha llegado a los más altos puestos y determinará la marcha de las cosas, logrará introducirse hasta la más alta cumbre de la Iglesia. Yo no os dejaré”.

“Seducirá el espíritu de grandes sabios, que inventarán armas, con las cuales se podrá destruir en un minuto la mitad de la humanidad.

Si la humanidad no se dispone a impedirlo, me veré obligada a dejar caer el brazo de Mi Hijo, y entonces Dios castigará a los hombres mucho más severamente, que por medio del diluvio”.

“Cambien hijos míos que la venida de Dios ya se acerca, pero antes se os dará un aviso y luego un milagro de parte de Dios”.

“Será visto por el mundo entero, no importa quién sea o a donde esté. Yo haré que mis palabras lleguen a los corazones de la Jerarquía”

“El milagro será para convertir al mundo entero”.

“Estamos ya dentro de poco, para mandarles la señal, estamos en los últimos avisos. Y si siguen dudando, Dios tiene preparado un castigo, pues, es necesario”.

“Fuego y humo caerán del cielo y las aguas de los océanos se secarán, millones de hombres perecerán en horas y los que queden vivos envidiarán a los que hayan muerto”, es lo que dijo en Akita.

“También para la iglesia vendrá un tiempo de dura prueba: Cardenales se opondrán contra Cardenales y Obispos contra Obispos”, también es el mensaje de Akita.

“Hay que evitar la ira de Dios sobre nosotros con nuestro esfuerzo, hacer sacrificios, visitar al Santísimo, pero antes, tenemos que ser buenos hijos de Dios, si no lo hacemos nos vendrá el castigo y será muy grande”, es la exhortación de Garabandal.

“Hija mía, nunca se olviden de rezar el Rosario en familia porque quien reza unido vivirá unido para siempre”, es el mensaje de Fátima.

“Oren mucho por la Iglesia, para que el clero crea que Yo estoy en la Tierra. Siempre recen por todos los sacerdotes y obispos, para que caminen por el camino verdadero”.