Se acerca la Pascua y este 17 de febrero comienza la Cuaresma que se extiende hasta el 3 de abril. Una serie de recomendaciones para atravesar este período de la mejor manera y escoger bien qué puntos se desea ofrecer en este tiempo de conversión, sin perder los ánimos a medio camino.

Hay una diferencia entre la humildad y el escrúpulo sin prudencia. Algunas pautas para mejorar y vivir bien este tiempo litúrgico.

1. Identifique su estado espiritual real

En una novela, hay un acuerdo entre el artista y la audiencia llamado la “Suspensión de la incredulidad”, donde los lectores, por el bien de la trama, no se centran en “todas las partes de la historia que nunca sucederían en la vida real”.

La escritora indicó que, en el tema de la Cuaresma, no se debe ser como el novelista que escribe “un superhéroe espiritual imaginario” y recordó que cada persona está restringida por límites reales.

“No tienes que escribir ‘pasaré siete horas extra en oración todos los días, ayunaré solo con piñas de pino y paquetes de ketchup durante 40 días (sin ketchup los viernes), y daré todas mis posesiones mundanas al vagabundo que mendiga en la esquina’”, señaló.

El mejor consejo es iniciar la Cuaresma con un acto de humildad y evaluar honestamente dónde se encuentra cada uno en el aspecto espiritual para saber cuáles son las genuinas limitaciones personales.

“Pregúntese qué cosas puede asumir razonablemente para este tiempo”, indicó.

2. Escoja penitencias que pueda cumplir

La escritora señaló que, dentro de los límites del estado de vida personal, cada fiel debe buscar una penitencia que sea retadora, pero que sea posible de cumplir, en un balanceado punto medio.

“Eso significa que, si tienes mucho tiempo libre, dinero, energía y fuerza de voluntad, tal vez tu punto medio feliz implique una oración seria, ayuno y limosna. En el otro extremo del espectro, si estás absolutamente aplastado por la vida en este momento, tal vez tu penitencia esté en ofrecer una parte de tu sufrimiento por el bien de las almas”, indicó.

Una penitencia realista es aquella que puede lograrse la mayor parte del tiempo, no solo en sus mejores días, cuando todo encaja perfectamente.

3. No se deje influenciar por los demás

Durante los días de Cuaresma es necesario cumplir con la penitencia y ayuno, además de las Misas dominicales, de acuerdo a las indicaciones brindadas por los obispos.

Sin embargo, todo aquello adicional que se desee hacer es una decisión propia que responde a la situación espiritual de cada persona en particular.

En esta Cuaresma dejar de fumar, hacer ejercicio, o intentar maldecir un 50% menos es tu prerrogativa. No tiene que tener escrúpulos sobre si su ayuno es realmente solo una dieta o si necesita ‘hacer algo’ en lugar de ‘renunciar a algo’. Internet no es tu director espiritual.

4. De algo adicional cuando sea posible

La vida es variable e impredecible, por lo que es posible realizar una bonificación en sus penitencias durante Cuaresma si surge la oportunidad, como leer un pasaje en particular de un devocional, hacer un Vía Crucis adicional, o ayunar una parte del día, cuando Dios da esa oportunidad.

Esto no es una cosa u otra, es ambos. Es beneficioso elegir una penitencia alcanzable para toda la temporada, y es beneficioso aprovechar las pequeñas oportunidades de ejercicio espiritual adicionales a medida que ocurren.

5. Pon a Dios a cargo

Como humanos, no sabemos qué va a pasar tres semanas después del Miércoles de Ceniza, por lo que, si Dios tiene otros planes durante Cuaresma, debemos dejar que Él decida sobre nuestra observancia de este tiempo litúrgico.

“Si Dios te abre la puerta para que hagas más a mitad de Cuaresma, corre por ello. Si Dios decide que necesitas reducir tus esfuerzos y concentrarte en la humildad y la confianza en la misericordia y la providencia divina, considéralo como una bendición”, agregó.

Solo hay una meta durante este tiempo de conversión y es encontrar a Jesucristo.