Es sabido que los rituales de brujería estuvieron presentes a lo largo de la historia, pero en los últimos tiempos, y gracias a las redes sociales, adquirieron notable visibilidad. Así, las prácticas oscuras –cuyo fin es provocar daño– ahora se hacen públicamente con el objetivo de cambiar la moral de la sociedad.

En términos religiosos, la brujería o hechicería es entendida como una práctica satánica que utiliza poderes ocultos para cambiar el mundo. Sin embargo, estas fuerzas oscuras también fueron creadas por Dios: si bien nacieron como seres buenos, luego se rebelaron.

Se estima que Dios deja que estas fuerzas oscuras actúen para que los seres humanos conozcan el mal, y adquieran inmunidad contra él.

No obstante, la forma de recurrir a la brujería cambió en los últimos años: mientras que antes solía hacerse de forma silenciosa –generalmente para pedir protección, incidir en amoríos o influir en salud, dinero o en relaciones familiares– últimamente esta tendencia cambió y la hechicería perdió pudores, comenzando a realizarse en público.

Por ejemplo, cuando Donald Trump asumió a la presidencia de Estados Unidos, un grupo de brujas hizo un llamado público a través de las redes sociales, para que se hicieran hechicerías para sacarlo del cargo.

¿Cuáles son los síntomas de la brujería?

La imaginación, cuando induce a pensamientos autodestructivos, es el primer lugar donde ataca la brujería.

Otros síntomas son el agotamiento, una intensa susceptibilidad con la gente, o sentir miedo y confusión.

¿Cómo protegerse de la brujería?

La salvación está en Jesús, la Virgen y también en los sacerdotes liberadores y exorcistas. Sin embargo, una persona puede hacer cosas de forma particular para evitar caer en hechizos: no dejarse dominar por el miedo, es una de las maneras más eficaces de alejarse de estos actos.

Otra forma de protección es la oración y los sacramentos.