El cardenal Robert Sarah, Prefecto de la Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos, presentó este lunes su renuncia al Papa al cumplir 75 años. Es decisión del Pontífice si se la acepta y cuándo.

El artículo 5, punto 2 de la Constitución apostólica Pastor Bonus reza así:

§2. Se ruega a los cardenales dirigentes que, al cumplir los setenta y cinco años de edad, presenten su renuncia al Romano Pontífice, quien, bien pensada la cosa, proveerá. Los otros dirigentes, y los secretarios, al cumplir los setenta y cinco años de edad, cesan en su cargo; los miembros, al cumplir los ochenta años; pero, los que pertenecen a un dicasterio por razón del cargo, al cesar en él, dejan también de ser miembros de dicho dicasterio.

Este lunes, 15 de junio del 2020, el cardenal Robert Sarah cumplió 75 años de edad y ha presentado su renuncia al papa Francisco. Fue precisamente el actual Pontífice quien en noviembre del año 2014 le nombró Prefecto del dicasterio encargado de la liturgia y los sacramentos. Por tanto, también ha cumplido los cinco años habitualmente preceptivos para los cargos curiales.

Para el cardenal «la liturgia es esencialmente una cuestión de fe y la fe pone a Dios al centro de todo». Opina que «diluir» la enseñanza de la Iglesia no atraerá a los jóvenes. Ha denunciado que «La Iglesia, que debería ser un lugar de luz, se ha convertido en una madriguera de tinieblas». Ha recordado «La Iglesia no está hecha para escuchar, está hecha para enseñar». Ha advertido de que «Aquellos que anuncian en voz alta revoluciones y cambios radicales son falsos profetas». Ha pedido oraciones por los sacerdotes ante la «profunda crisis» que sufre hoy el sacerdocio. Ha afirmado que «La educación está en el corazón de la misión de la Iglesia». Ha manifestado su creencia de que «Es tiempo de que la Iglesia reflexione sobre el desconcierto y la confusión inoculados en muchos fieles» y ha sido objeto de una campaña de difamación por atreverse a escribir un libro con Benedicto XVI en defensa del celibato.

Previamente a su nombramiento como cardenal Prefecto de Culto Divino, había proclamado que «practicar la caridad no es sólo dar comida, dar cosas materiales, sino también dar a Dios» y había exhortado a rezar «por esos pastores que dejan a las ovejas del rebaño del Señor a merced de los lobos»

Precisamente por su fidelidad y defensa del Magisterio de la Iglesia, el cardenal Robert Sarah es el purpurado más vilipendiado, atacado y odiado por el sector progresista y revolucionario del catolicismo, que le presenta como el principal opositor al papa Francisco, algo que el cardenal ha rechazado en repetidas ocasiones. De hecho, el cardenal africano dedica su libro «Se hace tarde y anochece» al papa Francisco, con la siguiente afirmación:

«A Francisco, hijo fiel y abnegado de San Ignacio»

De él, el papa emérito Benedicto XVI, dijo:

«Con el cardenal Sarah, un maestro del silencio y de la oración interior, la liturgia está en buenas manos»