El espinoso tema de la sexualidad fue abordado este jueves en el Vaticano por algunos de los obispos reunidos para el sínodo mundial dedicado a los jóvenes.

«¡No le tengamos miedo a la sexualidad!», clamó el obispo francés Emanuel Gobillard durante su intervención centrada en la necesidad de escuchar a los jóvenes.

A pedido del papa, más de 300 obispos de todo el mundo reflexionarán sobre los sueños, las esperanzas y las dificultades de los casi 2.000 millones de jóvenes del mundo, entre 16 y 29 años, según cifras del documento preparatorio.

«Es importante para nosotros que se pueda hablar libremente sobre la sexualidad y que nuestros jóvenes y seminaristas sean educados para poder a su vez educar», reconoció el religioso.

El obispo francés abogó también por tener un tono «constructivo» sobre la sexualidad y el celibato, sobre en todo en los centros de formación.

«A menudo descubren la propia sexualidad con la pornografía o en el silencio de generaciones», lamentó el obispo que desea un cambio de mentalidad dentro de la Iglesia.

Durante las reuniones preparatorios al sínodo, el papa había pedido a los jóvenes a través de cuestionarios y reuniones que hablaran con franqueza del tema.

Muchos de ellos respondieron evidenciando que existen temas controvertidos, como la contracepción, el aborto, la homosexualidad y la convivencia antes del matrimonio.

Con uno de ellos fue muy directo: «La sexualidad, el sexo, es un regalo de Dios. No hay tabúes y tiene dos propósitos: amarse y generar vida. El verdadero amor es apasionado», dijo el papa.

Aunque advirtió que la debilidad «cosifica la sexualidad, la separa del amor y la utiliza para la diversión».