Cuando la Argentina parece lista para reestructurar su deuda, los tenedores de bonos intentan comprender las implicancias de un término escrito en la mayoría de los bonos en todo el mundo desde 2014.

El debate gira en torno a una regla de “uniformidad de aplicación” (uniformly applicable) que se encuentra en las cláusulas de acción colectiva (CAC), que entran en juego en caso de una reestructuración de la deuda. Si el gobierno decide firmar un acuerdo único con los tenedores de bonos, la cláusula implica que todos los inversores deben ser tratados de la misma manera, independientemente del bono que posean y su valor actual.

Esa opción, conocida como “single-limb”, requiere el respaldo de los inversores que poseen 75% del valor en circulación de los bonos en reestructuración. En el caso de la Argentina, significaría que a los inversores que tienen una serie de deuda con vencimientos que van desde 2021 hasta 2117 se les ofrece el mismo activo o menú de activos. Y ahí está el problema.

“Cada vez que hay un nuevo estándar y se promete algún tipo de igualdad de trato entre los acreedores, genera preocupación en una reestructuración, porque los bonistas siempre pueden alegar que no reciben un trato equitativo”, dijo Mark Weidemaier, profesor de derecho en la Universidad de Carolina del Norte. Argentina podría ser el primer país del mundo en probar la nueva cláusula, de ahí la confusión. En 2001, se incumplió con el pago de US$95.000 millones en deuda, antes de reestructurar la mayoría de los bonos en 2005 y 2010.

Un grupo de “holdouts” rechazó ofertas previas y demandó por el pago completo, aduciendo a una cláusula de igualdad de trato -o “pari passu”- en los documentos de bonos, que impidió que Argentina tratara a los tenedores de bonos incumplidos de manera menos favorable que a los tenedores de bonos del canje. El objetivo de las cláusulas de acción colectiva y la “uniformidad de aplicación” es evitar la repetición de esos eventos.

“Two limb”

Un canje con un único bono generaría diferentes rendimientos para personas que tienen bonos con vencimiento en dos años o en un siglo. Lejos de aplicar la regla de “uniformidad de aplicación”, es posible que algunos inversores interpreten todo lo contrario.

Una disputa podría obligar al Gobierno de Argentina a un proceso de reestructuración más largo en el que tendría que negociar con los tenedores de todos los bonos, lo que se conoce como “two limb”. Eso requeriría el apoyo de solo 66,67% de todos los tenedores de bonos en la reestructuración, pero también 50% de los tenedores de cada instrumento.

Un grupo de tenedores de bonos espera que Argentina busque un voto “single-limb”, según una persona que forma parte de la negociación pero que no tiene autorización para hablar en público.

La carga de deuda bruta de Argentina asciende a US$332.000 millones, incluidos los préstamos del Fondo Monetario Internacional. La deuda pendiente con los tenedores de bonos privados es de aproximadamente US$148.000 millones.

El presidente Alberto Fernández dijo que Argentina no es capaz de pagar su deuda en las condiciones actuales y que comenzará conversaciones con el FMI y los tenedores de bonos. El gobierno aún no ha proporcionado detalles sobre cuánto renegociará, cómo o cuándo.

“El uso que Argentina puede darle al ‘single’ o al ‘two limb’ dependerá de los términos de la propuesta y también del pulso del mercado“, dice Eugenio A. Bruno, abogado de Buenos Aires especializado en deuda soberana.

La cláusula de “uniformidad de aplicación” se agregó a nivel mundial para aliviar las preocupaciones de los inversores de que los emisores de deuda pudieran hacer diferencias entre los tenedores de bonos, ofreciendo mejores condiciones para algunos.

El prospecto de bonos argentino dice que el emisor debe ofrecer “los mismos instrumentos nuevos” o “un menú idéntico de instrumentos”. “La forma en que leo el texto es que se deben dar las mismas opciones a todos”, dijo Weidemaier.

“Los tenedores de bonos no tienen derecho a recibir un trato diferente solo porque sus bonos tienen vencimientos diferentes o se negocian a precios distintos”.

Fuente www.perfil.com