Por Ismael Bermudez para Clarín.

Con la eliminación de las zonas diferenciales, a partir de septiembre se reduce hasta un 75% la asignación familiar por hijo de los trabajadores en relación de dependencia de varias provincias y regiones del país. Puede representar hasta $ 1.892 mensuales menos por cada hijo. También se elimina la ayuda escolar anual diferencial. Y es un antecedente con relación a las jubilaciones y pensiones que cuentan con haberes diferenciales, más elevados, en provincias y regiones del Sur.

Así, la decisión oficial a través del decreto 702/18 tiene un claro sesgo fiscal, porque representa un ajuste en el pago de esas prestaciones del orden de los $ 5.000 millones anuales (5% del presupuesto total) para los padres de unos 250.000 chicos.

El sistema de asignaciones familiares se financia con una parte de las contribuciones patronales, que desde comienzos de este año se están reduciendo en forma progresiva en un cronograma de 5 años.

Así, se eleva el monto mínimo (de $ 200 a $ 2.816) y reduce el tope (de $ 94.786 a $ 83.917) el ingreso familiar total que da derecho a la percepción de las asignaciones familiares. Es para que las empresas no declaren ingresos de los trabajadores más bajos y para unificar el tope con el monto imponible de Ganancias que da derecho a las deducciones por hijo, para evitar su duplicación. Esto último pasa porque el sistema de Seguridad Social y el de Ganancias tienen movilidades y períodos de ajustes diferentes y eso origina permanentes distorsiones.

Pero al mismo tiempo el decreto unifica el valor de las asignaciones en todo el país. Las “zonas diferenciales” que cobran asignaciones de montos mayores, y que ahora desaparecen, son Tierra del Fuego, Santa Cruz, La Pampa, Rio Negro, Neuquén y varios departamentos de Formosa, Mendoza, Jujuy, Catamarca, Buenos Aires (Carmen de Patagones) y Salta.

Los valores diferenciales se establecieron en esos lugares por ser consideradas “zonas desfavorables” o para compensar el mayor costo de vida y también con el fin de promover el desarrollo poblacional de esas provincias y regiones.

También las jubilaciones y pensiones tienen montos diferenciales. Por ejemplo, la ANSeS abona un plus por zona austral mensual que incrementa un 40% el monto del haber previsional de jubilados y pensionados que residen “en La Pampa, Río Negro, Neuquén, Chubut, Santa Cruz, Tierra del Fuego, Sector Antártico, Islas Malvinas e Islas del Atlántico Sur, y los códigos postales 8142, 8504, 8506, 8508 y 8512 pertenecientes al partido bonaerense de Carmen de Patagones”.

En el caso de las asignaciones, el salario familiar por hijo varía según el ingreso del trabajador y/o del grupo familiar.

Por ejemplo, para los salarios más bajos la asignación por hijo es de $ 1.578 pero puede alcanzar los $ 3.407 en determinadas provincias o regiones. Al unificarse en $ 1.578, se reduce hasta en un 54% el monto del beneficio.

Para la siguiente escala de ingreso salarial o familiar, la asignación es de $ 1.063, pudiendo alcanzar los $ 2.802 en ciertas regiones. Aquí la diferencia es de $ 1.739 por hijo, equivalente a una merma del 63%.

En el siguiente nivel de ingreso, el salario por hijo es de $ 640 pero el valor diferencial puede alcanzar los $ 2.532. La diferencia es de $ 1.892, un 75% menos. Y en los ingresos más altos, hasta el nuevo tope de $ 83.917 mensuales, el salario por hijo se unifica en $ 328, un 75% menos que los $ 1.286 de valor diferencial máximo.

En cambio, se mantienen los montos diferenciales para el salario familiar y la ayuda escolar anual por hijo discapacitado, reconociendo así un valor diferencial por regiones que no se admite para el resto de los beneficiarios de esas regiones.