Por Guido Brunet

Justicia por Diana, justicia por Araceli, justicia por Lohana, justicia por Camilia, por Melina, por Paulina, Micaela, Melody y Pepa. Y los nombres continúan. Pero los femicidios son solamente el punto más extremo de la violencia de género, y como tal, una de las fuertes luchas que encarnan los movimientos feministas.

Sin embargo, algunos grupos afirman que el machismo es un producto intrínseco del sistema, y que, por consiguiente, patriarcado y capitalismo son la misma cosa. En base a esta premisa, el movimeinto Unidas y a la Izquierda, perteneciente al partido Movimiento Socialista de los Trabajadores, elaboró el libro “Mujeres en Revolución”.

Vilma Ripoll, referente del MST y ex legisladora por Izquierda Unida, dialogó con Conclusión sobre este trabajo. La integrante del espacio y candidata a senadora en la Provincia de Buenos Aires comentó que «capitalismo y patriarcado son la misma cosa porque el sistema necesita la opresión de las mujeres para subsistir».

La dirigente refirió que existe un «ataque del capitalismo a todos nuestros derechos», y enumeró: «sociales, económicos, culturales», debido a que «hay crisis capitalista y vienen contra los derechos de las mujeres».

Uno de los principales reclamos es la disparidada de retribución económica en el ámbito laboral. “No nos van a hacer la concesión de igualarnos el salario ni ninguna otra. Algunos hombres comparten las tareas del hogar, pero en general las mujeres se encargan de eso. Y educamos en ese sentido, se lo transmitmos a nuestros hijos”, interpela la dirigente.

De todas formas, Ripoll afirma que “eso no se va a resolver si no cambia todo, ya que no pagarnos esas tareas es lo que le permite al sistema ganar un dinero que hace que pueda subsistir como tal. Entre el 25 y 30 por ciento del producto interno del país. No es poco. Sin ese dinero el sistema se cae”.

Lo que no les pagan a las mujeres equivale al 25% del PBI, sin ese dinero el sistema se cae”

Cuarta ola

Sobre el proceso de confección del material, la ex candidata comentó que las movilizó el carácter global del movimiento. «A partir del Ni Una Menos nos impactamos mucho con la masividad de la movilización y una toma conciencia de lo que está pasando en el resto del mundo».

Una de las muestras de este reclamo a nivel mundial fue el Paro Internacional de Mujeres -cuya consigna fue: «Si nuestro trabajo no vale, produzcan sin nosotras»-, la unión de las mujeres contra Trump cuando asumió y las diversas acciones en América Latina, según detalla Ripoll.

Además, el libro ensaya un seguimiento de las luchas feministas alrededor del mundo. De este análisis, surgió que se atraviesa por una «nueva y poderosa oleada feminista internacional», la cuarta a nivel histórico.

«Descubrimos que estos procesos tenían características iguales a los anteriores, y que, como las previas, es una respuesta a los ataques del sistema”. “Este fenómeno es mundial y va contra el sistema”, sintetiza.

Entre las temáticas abordadas en el libro, se encuentran las desigualdad de ingresos, el derecho al aborto, el fenómeno anticapitalista, los derechos postergados de los miembros de la diversidad sexual, la posición contra la eduación religiosa en escuelas públicas, ola feminista internacional.

El trabajo femenino es el 25% del PBI

Uno de los pilares del trabajo fue la denuncia de la «doble tarea» que deben realizar las mujeres, en el hogar y en el trabajo. «Este sistema centra sus ganancias en explotarnos», denuncia Ripoll. Y luego se explaya sobre la «opresión del sistema».

«A las mujeres nos toca hacer la tarea del hogar para que el capitalismo funcione, y gratuitamente. Para los obreros de hoy y los de mañana», explica Ripoll.

En la presentación de la producción, realizada en la Facultad de Ciencia Política y Relaciones Internacionales, Ripoll da cuenta de un estudio que afirma que el trabajo de la mujer representaría entre el 25 y el 30 por ciento del PBI de Argentina, «que si el sistema no se lo apropiara, sería inviable, la opresión de las mujeres garantiza la viabilidad del sistema«.

«Capitalismo y patriarcado son una sola cosa. Así que para terminar con la opresión hay que terminar con el capitalismo», resume. Además, resalta: «La sociedad nos da el rol de reproductora y cuidadora. Necesitan que alguien reproduzca los obreros».

«Capitalismo y patriarcado son una sola cosa, así que para terminar con la opresión hay que terminar con el capitalismo»

Sin embargo, la ex legisladora reflexiona que “esto no quiere decir que una tenga que esperar que caiga el capitalismo para conseguir derechos para mejorar la sociedad”.

La concepción machista, Ripoll dice que “se transmite desde la cultura. Aunque destaca que “las familias que antes opinaban que la mujer merecía la violencia, ahora piensan diferente porque fue tanta la pelea que dimos que logramos avanzar sobre la conciencia colectiva, la media de la sociedad tiene un avance en la conciencia”.

Por otra parte, Ripoll exige la aprobación de la ley de Emergencia de Violencia de Género, ya que «dicen que no hay plata, pero le pagan a la Iglesia 33 mil millones de pesos por año». A su vez, la dirigente se quejó por la no implementación de la Educación Sexual Integral (ESI), a pesar de que ya sea ley y de la negativa de los legisladores al debate por la implementación de la Interrupción Voluntaria del Embarazo (IVE).

El capitalismo utiliza todas las instituciones para garantizar la opresión de las mujeres. Entre las que destaca el Gobierno, el Parlamento, la Justicia y la Iglesia.

Ante este escenario, «es muy importante organizarnos», destaca Ripoll. «La lucha es politica y hay que darla en el terreno del sistema», considera Ripoll. Ya que “nadie, individualmente, hace avanzar la conciencia social”.