El precandidato a vicepresidente de Consenso Federal, Juan Manuel Urtubey, sostuvo que «un 40% de la gente» no quiere votar ni a la fórmula del oficialista Juntos por el Cambio, liderada por Mauricio Macri, ni a la del Frente de Todos, que encabeza Alberto Fernández.

«La tentación de intentar llevar la segunda vuelta a las primarias es una subestimación de la gente. La gente tiene claro que la opción entre uno y otro es en noviembre, en el ballottage, no antes. Entonces, planteamos que la gente en agosto y en octubre puede elegir y en noviembre, optar», consideró el gobernador salteño.

Durante una entrevista con La Nación, el dirigente opositor sostuvo que, si llega al Gobierno, su objetivo va a ser «fortalecer la institucionalidad, la necesidad de atenuar el hiperpersonalismo, el hiperpresidencialismo e ir a un sistema semiparlamentario».

Por otra parte, Urtubey explicó que la campaña de Consenso Federal se va a basar en «mostrarle (a la ciudadanía) que la salida (de la grieta) es nuestro espacio», al tiempo que cuestionó a Sergio Massa y a Miguel Ángel Pichetto por haberse aliado con el kirchnerismo y con el oficialismo, respectivamente.

«Un tema es adónde van los dirigentes y otro adónde va la gente. La gente no se fue de un lado al otro. Hay un importante porcentaje, un 40%, que tiene claro que no quiere votar ni a Macri ni a Cristina. Esto es clarísimo», señaló al respecto.

En este sentido, el mandatario de Salta confió en que la fórmula que integra junto al economista Roberto Lavagna puede sacar un buen resultado en las próximas Paso ya que mientras «algunos piensan que los procesos electorales se ordenan solamente por la oferta partidaria», para él lo hacen de acuerdo con «la demanda ciudadana».

«Hay una enorme demanda por salir de la grieta, es más grande el sector que no quiere ni que siga uno ni que vuelva el otro», reiteró.

Para Urtubey, «la gran mayoría están podrida del River- Boca», por lo que «hay que mirar el estado de ánimo» del votante y no hacer «política sobre la base de las encuestas, sino de las convicciones, el ordenador social».

«Los dirigentes no somos tan importantes para hacer cambiar de opinión a la gente. El tipo que estaba con nosotros porque no quería la continuidad del Gobierno o la vuelta del kirchnerismo no cambia de opinión porque Pichetto se haya ido a un lado y Massa al otro», agregó.