El secretario de coordinación interministerial del Gobierno, Mario Quintana, aseguró hoy que en la Argentina hay «carteles organizados» de empresarios que se aprovechan de los consumidores, al reflexionar sobre el impacto de la corrupción en todos los sectores de la sociedad.

El funcionario lamentó el proceso de «empobrecimiento» que registró la Argentina en los últimos 40 años, pero aclaró que todos los sectores son «corresponsables», dado que no se trató ello de una mera cuestión política.

Analizó Quintana que en las últimas seis o siete décadas el país pasó por ciclos cortos de crecimiento que llevaron a un progresivo crecimiento del salario real hasta llegar a un nivel de no sostenibilidad y un buen golpe a través de un shock macroeconómico que implicó devaluación y una gran caída del salario real, para luego volver la expansión.

Consideró que los argentinos están «atrapados» en esa circunstancia a tal punto que se instaló una falsa dicotomía en la Argentina sobre que si un Gobierno es sensible e intenta cuidar a los pobres descuida la economía y si es macroeconómicamente disciplinado, desatiende a los más humildes.

«La única forma de salir de estos ciclos es trabajando todos juntos por la productividad y una mayor competitividad», dijo en el «XIX Encuentro Anual de la Asociación Cristiana de Dirigentes de Empresas (Acde)», en un conocido hotel porteño.

Al analizar el fenómeno de la corrupción, Quintana sostuvo que hay una vinculación de eso con las actitudes personales porque lo que se ha instalado en la Argentina «un sistema perverso donde se rompió la correlación entre la generación de valor social y el éxito económico».

Así, el funcionario macrista hizo referencia a los «hechos bochornosos más recientes» -como el caso de José López arrojando bolsos con dólares por encima del muro de un monasterio- que «pueden ser una simbolización casi caricaturesca, pero que en la realidad son mucho más profundos».

Consideró el funcionario que la corrupción es más amplia que el mero robo al Estado al sostener que en el país también existen «carteles organizados que se apropian del beneficio del consumidor, de muchas empresas que se han hecho grandes en base a beneficios impositivos dudosamente habidos, de éxitos económicos que partieron de regulaciones arbitrarias».

«O sea, ha habido muchas cosas en las últimas décadas. Pero esto es un sistema que venimos construyendo entre todos y creo que tenemos que desarmar entre todos para volver a un sistema justo, meritocrático donde realmente la productividad y la búsqueda de competitividad sean las únicas herramientas que en el largo plazo nos van a permitir alcanzar el objetivo de reducir la pobreza que a todos nos duele», afirmó.

Ese sistema, según Quintana, ha llevado a los argentinos a la división, a la mentira, a la violencia y ha postergado injustamente a 14 millones de personas (34,1 por ciento de la población total) en la pobreza.

Por ello, aseguró que después de los primeros siete meses en el Gobierno está «más convencido que nunca» que trabajando juntos en un sistema basado en la verdad, la confianza y la justicia que exige de los sectores público y privado un compromiso serio con la ética se puede «construir la patria grande».