Este lunes por la noche, al término del acto oficial en el que la nueva ministra de Economía asumió su cargo, el presidente Alberto Fernández y la vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner cenaron juntos en la Quinta de Olivos. Las gestiones en torno al nombramiento de Silvina Batakis en un domingo más que agitado, fueron el puente en el que volvieron a encontrarse las cabezas del Gobierno tras varias semanas sin diálogo. Tras la conversación telefónica en la que consensuaron el nombre de Batakis y limaron algunas asperezas, este lunes a la noche se produjo el encuentro en Olivos. No todo fue color de rosa, pero lo cierto es que el acercamiento entre ambos tranquiliza un poco las aguas turbulentas en las que navega el Frente de Todos.

La última vez que presidente y vice coincidieron fue el pasado 3 de junio, en el acto por los 100 años de YPF, en Tecnópolis. En esa ocasión, la presidenta del Senado, conminó al Presidente a «usar la lapicera» para atender a los reclamos de la sociedad  en el marco del aumento sostenido de la presión inflacionaria.

La escalada de tensión entre ambos, que comenzó en 2021, por las marcadas diferencias sobre el rumbo económico,  parecía no tener fin. De hecho, en el último mes ambos protagonizaron actos separados, por ejemplo, en el del Día de la Bandera o el homenaje a Juan Domingo Perón.

El viernes 1º de julio Fernández le respondió a su compañera de fórmula señalando que «el poder no pasa por quién tiene la lapicera, sino por quién tiene la capacidad de convencer». La respuesta llegó el sábado en el acto de Ensenada, cuando Cristina remarcó que Perón usó «la lapicera en función del Pueblo» y “se la pasó firmando y firmando”. Fue durante ese discurso cuando Martín Guzmán, un álgido punto de desacuerdo entre el presidente y la vice,  hizo pública su renuncia vía Twitter con una carta de siete carillas.

El tembladeral desatado a partir de allí, y la imparable marea de especulaciones políticas desencadenadas hasta que se hizo público el nombramiento de la nueva titular del Palacio de Hacienda pareció jugar a favor de la unidad política o, al menos, bajó un cambio a las diferencias irreconciliables entre uno y otro. Así, el domingo por la tarde, tras arduas negociaciones, Fernández se comunicó con Cristina y mantuvieron una larga, y por momentos, muy tensa conversación telefónica. En la misma, y más allá de los momentos tirantes, la vicepresidenta ponderó la elección de Batakis y apoyó la decisión de Alberto, y acordaron un próximo encuentro presencial, que es el que se concretó este lunes por la noche en la Quinta de Olivos.

Las reseñas de los medios difieren enormemente en la descripción y las especulaciones en torno al tono que tuvo la reunión. Lo que sostienen quienes se encargan de tender puentes dentro de la coalición, señaló que lo hablado va a quedar entre ellos porque acordaron que ya no habrá intermediarios. De hecho, el entorno de ambos políticos dentro del Frente de Todos no fue informado del encuentro hasta poco antes de que se concretara el mismo.  Y muchos otros, se enteraron por los medios de comunicación.

Desde el oficialismo afirman que la designación de Batakis fue acompañada por todos los gobernadores peronistas, con quienes ella tuvo mucho diálogo mientras era secretaria de Provincias en el ministerio del Interior. «Los gobernadores están tomando cada vez más protagonismo dentro de la coalición de gobierno y ellos la apoyan. Eso es fundamental». Además, es una ministra que acerca coincidencias entre Cristina y Alberto, lo que en este momento, parece vital. Sobre todo, tratándose del centralismo que tiene la cartera de Hacienda.

En cuanto al tono y contenido de la charla durante la cena del mandatario y su vice, parece que, por el momento, seguirá siendo motivo de especulaciones.