Trece testimonios de sobrevivientes de excentros clandestinos de la última dictadura, sacerdotes y militares durante el Juicio a las Juntas en 1985 pueden verse en el canal de YouTube de la Dirección de Personas Desaparecidas de la provincia de Buenos Aires, en el marco de una iniciativa denominada Ejercicio para la Memoria.

En el marco de ese reconocimiento al interés que despertó el filme «Argentina 1985» en el país, la Dirección sostuvo: «Aprovechamos esta ocasión para invitarles a conocer nuestro Ejercicio para la Memoria, estrenado el 24 de marzo de este año, dónde compartimos más de una docena de testimonios completos brindados en el marco de este juicio, que incluye a sobrevivientes, miembros de la iglesia católica, de las fuerzas de seguridad y armadas».

«Desde que lanzamos la propuesta, más de cien mil personas ya visitaron nuestro canal de YouTube @PersonasDesaparecidasBA. Se trata de una oportunidad única de ver los testimonios seleccionados completos, ya que para 1985 la Secretaria de Medios de la Nación fue reticente a su televisación y el canal estatal ATC entregaba al final del día a otros medios sólo algunos segundos de imágenes sin audio», destacó.

En «Ejercicio para la Memoria» se pueden escuchar 13 testimonios, de sobrevivientes, como Adriana Calvo, que dio a luz en cautiverio, y el periodista Jacobo Timerman; del capellán de la Policía Bonaerense, Christian Von Wernich, condenado por crímenes de lesa humanidad, y de varios militares.

Además de la lectura de la sentencia, se sumaron los testimonios de la periodista y actual Defensora del Público de la Nación, Miriam Lewin; del expresidente de facto Alejandro Agustín Lanusse; de Claudio Marcelo Tamburrini y de monseñor Miguel Esteban Hesayne.

La dirección de Personas Desaparecidas recordó que las audiencias orales y públicas del Juicio a las Juntas se llevaron a cabo a lo largo de cuatro meses en 1985.

En ese lapso declararon presencialmente 833 testigos y 80 lo hicieron desde el exterior por exhorto diplomático.

«Queremos destacar el enorme esfuerzo de los hombres y mujeres que fueron testigos durante estas largas audiencias. Para muchas personas significó un acto vindicativo, para otras tuvo un enorme costo. Pero sin lugar a dudas, hoy son parte esencial de los archivos audiovisuales de la historia de nuestro país, y más allá de lo jurídico, también son testimonios del orden de lo ético. Esas voces contribuyeron a que nuestra sociedad pudiera dejar atrás el miedo inherente al sistema concentracionario que operó entre 1976 y 1983», remarcó la dependencia.