La postal de los festejos en la Avenida de Mayo (Capital Federal) del martes feriado de carnaval contrasta con la invisibilidad que sufrieron cuatro corsos del circuito histórico porteño, al ser suspendidos de manera «arbitraria» por el Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires (GCBA) sin dar explicaciones a sus protagonistas ni a los vecinos de Saavedra, Piedrabuena y Barracas, señalaron los voceros de las murgas.

Las agrupaciones carnestolendas a la vez que repudiaron las declaraciones «antidemocráticas» del diputado Ricardo López Murphy y se declararon en «estado de alerta».

A mediados de febrero, en pleno carnaval, los delegados que representan a los 12.000 murgueros de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires se enteraron por WhatsApp que el Ministerio de Seguridad porteño «sugería» a la cartera de Espacios Públicos la suspensión de dos corsos del barrio de Saavedra, y un tercero de Piedrabuena.

«Fue una decisión totalmente arbitraria, sin comunicar a las partes, que habíamos conformado la mesa de negociación, después de todo un año de trabajo en conjunto. Ni siquiera nos convocaron a una reunión de emergencia ante semejante decisión de cerrar los corsos», señaló Verónica Mariño, directora de la murga Elegidos del Dios Momo y delegada de la Comisión de Carnaval porteño.

«La excusa fue que se habían producido situaciones de violencia durante la semana en lugares cercanos a donde se iban a desarrollar los corsos días después y, por consiguiente, no podían garantizar la seguridad» indicó y amplió Mariño: «Así fue como Saavedra, un barrio con tradición histórica de carnaval, se quedó sin festejos».

Por su parte, Felipe Fiscina, director de la murga Arlequines de la R y delegado de la Comisión de Carnaval, manifestó: «Es inédito que en medio del carnaval se suspendan tres corsos. En 25 años nunca pasó«.