El ministro de Gobierno, Justicia y Derechos Humanos de Santa Fe, Roberto Sukerman, habló este lunes de su continuidad como funcionario de la gestión de Omar Perotti y aseguró que el gobernador «ni siquiera» le pidió la renuncia. Igualmente reconoció que son tiempos en los que el mandatario provincial evaluará el andar de su administración, con posibles modificaciones en su equipo. Ante esto, el exconcejal de Rosario afirmó que trabajará «todos los días» y descartó que vaya a dimitir del cargo por desacuerdos internos. «Sería una irresponsabilidad», aseveró.

«El Gobernador ni siquiera me ha pedido la renuncia. Por lo tanto, está claro que uno sigue en el cargo», destacó este lunes el titular del Ministerio de Gobierno, en declaraciones a Radio 2.

«Uno no está atornillado a nada. Tiene una responsabilidad; la asume; jura cumplir con eso. Después tiene que quedarse en ese cargo y trabajar, ya sea en silencio o con mayores apariciones, hasta el último día que le corresponda. Es una irresponsabilidad irse de un cargo cuando uno le parece o caprichosamente. Hay que trabajar todos los días hasta que el Gobernador le diga que tiene que modificar la estructura», acentuó Sukerman.

Las dudas sobre la continuidad del funcionario provincial en el cargo son arrastradas desde los cortocircuitos que aparecieron dentro de la alianza de Gobierno al anunciarse la disputa interna entre el sector representado por la lista de Agustín Rossi y Alejandra Rodenas y el espacio oficialista. Sukerman, cercano al exministro de Defensa, fue uno de los tantos dirigentes que quedaron en el medio de las discusiones.

Al recibir la pregunta de si es cierto que hace cerca de tres meses que no tiene dialogo directo con el gobernador, el ministro de Gobierno sostuvo que sí dialoga con el mandatario provincial, pero únicamente de «cosas ligadas a la gestión».

«Claramente hubo circunstancias que han hecho que el vínculo no sea como en otro momento, pero tenemos responsabilidades de Gobierno y hablamos de cuestiones vinculadas a la gestión», expresó.

Y concluyó: «No es una cuestión caprichosa en la que uno ocupa un cargo y, si surge alguna diferencia o no le gusta algo pega un portazo, se va. No estoy de acuerdo con esas actitudes. Hay responsabilidades con las que hay que cumplir».