Aldo Battisacco – Conclusión Buenos Aires

Acaba de renunciar a su cargo el ministro de economía Martín Guzmán. El marco político esta complicado y el económico ni hablar, por otra parte, las medidas instrumentadas por el gobierno desde sus comienzos, como respuesta a la pandemia macrista y la de covid -19 que asoló el mundo, son discutidas por distintos actores sociales y económicos. Y más allá de las convicciones y la buena voluntad de las soluciones impulsadas, todo indica que algo quedó por la mitad.

Los gobernadores, salieron al ruedo y fijaron posición respecto de algunos temas, entre ellos el poder judicial, algo que molestó mucho a la corporación tribuna licia. Sin embargo, preexisten materias pendientes de resolver en el último quinquenio, los niveles de desigualdad que existen entre Nación y las provincias ,los recurso naturales y la deuda externa se ubican en el centro de la escena. Se podría decir que la verdadera discusión es, como se administra esta variable, en favor de quien o quienes, y con una sola certeza, no son los Estados provinciales los beneficiados en las décadas precedentes.

En diálogo con Conclusión el economista y ex director de Programación Macroeconómica del ministerio de Economía, Horacio Rovelli sostuvo que en Argentina, la diversidad de situaciones económicas y sociales entre las provincias fue siempre un escollo que no se terminó de solucionar a la hora de la definición de la política fiscal federal.

Se sostiene que el federalismo es el sistema político donde los estados conservan su soberanía, por lo que tienen cierta autonomía en las decisiones políticas y administrativas, en tanto que el centralismo es el sistema político donde todo el poder y la toma de decisiones recae sobre el gobierno central.

«En los tiempos de las Provincias Unidas del Río de la Plata», planteó Rovelli, «la puja era por el puerto de Buenos Aires, que se apropiaba de la renta aduanera en desmedro del Interior, causa real del conflicto de los unitarios y federales porteños contra los federales del resto del territorio».

En el mismo sentido, ejemplifico que «el primer intento de coparticipación de la renta aduanera, presentado y defendido por el entonces gobernador de la Provincia de Corrientes, Pedro Ferré, quien propiciaba redistribuir entre los distritos dicha renta, lo que no se logró en esa época y tampoco en los años siguientes.

El modelo económico que se establecería en los países de la región se define en torno de su inserción en el mercado internacional

Según el especialista, en la actualidad nada cambio, el problema es el mismo. «La Nación tiene la potestad sobre los tributos aduaneros pero también cobra el Impuesto a las Ganancias, que es un impuesto directo que debería ser aplicado por las subjurisdicciones nacionales».

Además, especificó que la el poder central, «percibe los impuestos al consumo y a la actividad, es decir el IVA, Combustibles, Impuestos Internos y débito y crédito bancario, que representan todos ellos en torno al 85 por ciento de la recaudación impositiva total del país, siendo el 15 por ciento restante los impuestos propios de las provincias, esencialmente los ingresos brutos, principal recurso provincial, y los directos a la propiedad inmueble, a las patentes y a los sellos.

Hay dos problemas  notorios, el político institucional, regido por la coparticipación, y el político económico, orientado por el modelo productivo y de inserción internacional.

En otro sentido, el docente de la Universidad de La Plata, apuntó que sobre «las responsabilidades del gasto, si bien es cierto que las provincias se endeudaron en divisas para financiar sus gastos y su déficit fiscal en los cuatro años de gestión de Cambiemos, fue la Administración Nacional la que contrajo una deuda en divisas por más de 100 mil millones de dólares, de los cuales se fugaron 86.200 millones de dólares y, a su vez, de esa masa crítica el equivalente a 45.400 millones de dólares se tomó con el FMI a pagar en tres años, condicionando severamente la política fiscal nacional.

El resultado de un sinnúmero de factores que intervinieron en la construcción de esta realidad evidencia que «no existe una estructura equilibrada en los ingresos entre la Nación y las provincias, éstas dependan de aquella, en particular en los casos de los distritos que cuentan con menos recursos propios.

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