El presidente Alberto Fernández anunció este lunes ante la 139 Asamblea Legislativa que su gobierno impulsará una querella criminal contra los funcionarios del macrismo que solicitaron un crédito multimillonario al Fondo Monetario Internacional (FMI) y aclaró que no tiene apuro en cerrar la renegociación con el organismo.

«Para que pongamos fin a las aventuras de hipotecar al país es necesario que endeudarse no sea gratis y dejen de circular impunes dando clases de economía y el mundo aquellos que generan esas deudas», dijo el jefe de Estado ante aplausos del oficialismo y críticas y gritos de los opositores de Juntos por el Cambio.

Tras ello, anunció: «He instruido a las autoridades permanentes para que formalmente inicien una querella criminal tendiente a determinar quiénes han sido los autores y partícipes de la mayor administración fraudulenta y de la mayor malversación de caudales que nuestra memoria recuerda».

«Somos nosotros los que queremos liberar de la deuda que otros tomaron. Sería bueno que reconozcan sus errores», dijo.

Fernández acusó al macrismo de haber incurrido en «administración fraudulenta» y «malversación de caudales» con el crédito multimillonario que le concedió el Fondo Monetario Internacional en 2018.

En su discurso de la Asamblea Legislativa, el mandatario también disparó contra el organismo multilateral: «A una Argentina en absoluto default el Fondo Monetario le otorgó un crédito de 55.000 millones de dólares, el más alto de su historia».

«De esa cifra se desembolsaron 44.000 millones de dólares que solo se usaron para facilitar la salida de capitales especulativos con la absoluta anuencia de las autoridades de entonces», recriminó Fernández.

Y precisó que el crédito debe ser pagado en cuatro años: en 2022 hay que abonar 18.092 millones de dólares; el 2023, el monto asciende a 19.186 millones y en 2024 el pago de la deuda se cancela abonando 4.921 millones de dólares.

«Endeudar al país de ese modo, permitir que los recursos que ingresaron solo haya posibilitado la más asombrosa fuga de divisas que nuestra historia registra y que la toma de semejantes créditos haya sido resueltas entre gallos y medianoche, sin intervenciones judiciales y técnicas previas con total irresponsabilidad y a espaldas de este Congreso nacional, no puede ser visto de otro modo que no sea una administración fraudulenta y una malversación de caudales públicos como nunca antes habíamos registrado», dijo.

El jefe de Estado dijo que el acuerdo firmado por el macrismo en 2018 merece una «revisión y tratamiento adecuado a la hora de su renegociación».

«Tanta mala fe de los tomadores del crédito y tanto desdén de los funcionarios políticos de un organismo multilateral no puede ser visto como un caso más», apuntó.

Y agregó: «Seguiremos nuestras negociaciones con total conciencia y con la firmeza que siempre hemos demostrado. No queremos apresurarnos. Apuro por acordar tienen los picaros de siempre. Nuestro Gobierno el único apuro que tiene es el de poner de pie a la producción y al trabajo».