El canciller Felipe Sola participo de una reunión informativa con senadores de la Comisión de Relaciones Exteriores y les explicó a los  opositores que lo cuestionaron en duros términos que “Argentina no abandona el Mercosur” y que el país “no se levantó de ninguna mesa”.

Los legisladores de la oposición sumaron criticas contra el funcionario, quien se encargó de aclarar que la decisión de la Cancillería argentina de retirarse de las negociaciones del Mercosur con países como Corea del Sur, Singapur y la India -salvando el acuerdo con la Unión Europea-, se produjo ante la “incertidumbre internacional” que generó la pandemia del Covid-19 y, y por el estado de la economía argentina.

En la misma línea, el funcionario explicó que se hizo «un gran esfuerzo por que no se rompiera la armonía del Mercosur”, y  explicó que Brasil pretendía “acelerar la concreción de convenios que fueran más allá de convenios que ya están cerrados, como el de la Unión Europea”, ya que de pretendía avanzar en un acuerdo de libre comercio con Corea.

En este marco, e interpretando cuales fueron las prioridades de Argentina expresó que se había encontrado con “un problema político», es decir, «si había que priorizar la armonía dentro del Mercosur o las necesidades de cada país de acelerar convenios. Sentimos que había que priorizar lo segundo”.

Asimismo, sostuvo que tal decisión se debía a que “la peor de las situaciones era la de Argentina por el monto de su deuda en relación a su PBI, por la decadencia de su PBI, la pobreza y la caída del nivel de empleo a causa de la pandemia».

Para luego precisar que el país navega “en un barco que tiene un rumbo, que es el de proteger la salud de los argentinos. Se eligió ese rumbo y los vientos que son favorables para ese rumbo nos sirven. Los otros vientos no nos sirven”.

“Lo que hicimos el 24 de abril fue un gran esfuerzo por que no se rompiera la armonía del Mercosur”, al tiempo que consideró que advertir que los países miembro del Mercosur no son libres “hubiera generado una cuestión diplomática muy áspera, y posiblemente un avance hacia la ruptura del Mercosur”.

“No podíamos aceptar esas condiciones por la incertidumbre en la que se encuentra la economía argentina”, y dejo taxativamente expuesto que Argentina tiene cuatro prioridades en este momento:“el objetivo sanitario”; “defender a los que menos tienen”; “sostener a las empresas”; y “atender la gestión de la deuda”.

“En comercio internacional existe una mentalidad abierta: entender al otro. No creemos que los instrumentos deban ser dogmas”, para luego referir  que no se puede “abrir el comercio en este momento porque le vendemos muy poco a Corea. Hace muchísimos años que negociamos sanitariamente con Corea, y donde hay ocho puntos para discutir, cuando llegamos al punto cuatro, nos vuelven al punto cero”, manifestó Sola. 

Para el ministro de Relaciones Exteriores, firmar el convenio con Corea hubiera significado “llegar a un punto donde vamos a estar firmando apresuradamente algo que nos va a golpear mucho en el futuro, y no sabemos cómo y en qué medida”.

“Una negociación exige tiempo. No es un tema ideológico; es un tema de tiempo para ver los resultados”, sostuvo, y añadió que no hay un solo estudio de impacto en Argentina sobre un acuerdo con Corea”.

Solá rechazó las acusaciones que definen al Gobierno como “ideologicista”, al sostener que eso le cabe a “aquellos que se enamoran de un instrumento”, cuando “lo que importa es cuál es el objetivo, que es generar producción y empleo”.