La Comisión de Juicio Político de la Cámara de Diputados de Santa Fe dio por terminado uno de los capítulos que llevaban el nombre de Marcelo Saín. Tras reunirse con la diputada de la Coalición Cívica, Lucila Lehmann, impulsora del proceso al ex titular de la cartera de Seguridad, la comisión decidió cerrar el expediente y remitir lo actuado a la Comisión de Acuerdos de la Legislatura y al fiscal regional de Reconquista, Rubén Martínez, quien está a cargo de investigar la conducta de Saín al frente del Organismo de Investigaciones y la presunta incompatibilidad de la que se lo acusa.

«El objetivo está cumplido y pierde sentido el pedido de juicio político» manifestó la legisladora en una exposición que se extendió por unos 15 minutos y en la que quedó muy claro que el objetivo no era otro que el apartamiento del ex ministro de su cargo.

«Todo esto se desencadenó con los vergonzosos audios en los que el señor Sain agravió a todos los santafesinos. Después de ello, no se puede continuar al frente de las fuerzas de seguridad, que requieren del total respeto», se explayó la legisladora en su exposición, en tanto que agradeció a la comisión «que haya puesto en marcha el mecanismo del juicio político que terminó haciéndole entender al señor Sain que tenía que renunciar». «Pero Sain ya no es ministro. Y los problemas de inseguridad continúan. Siguen los asesinatos y los robos. Es necesario entonces que pongamos las energías donde hacen falta. En darle respuestas a la gente que necesita vivir más tranquila», argumentó Lehmann.

El escándalo de los audios se desató en el mes de marzo y vino a poner «la frutilla del postre» para los acérrimos opositores del ex ministro. No fue la primera de las filtraciones, ya que en repetidas oportunidades se hicieron públicos los mensajes de voz que Saín acostumbrara a enviar vía whatsapp a amigos y enemigos. Pero en esa ocasión, pegó duro el contenido ya que hablaba en tono despectivo de su propia tropa y de los jefes policiales a los que le tocaba dirigir. «…juegan en «juegan en Primera D y yo en Primera A. Tengo muchos años de experiencia jugando en Primera A, y ahora estoy en el vestuario de Primera D. Son unos negros pueblerinos, les chupa un huevo lo que digo, hacen lo que se les canta el orto, a las dos de la tarde están en la casa», desfiaba Saín en el audio. «Esto es lo que pienso de todos ustedes. Es una visión muy pueblerina, muy pedorra. Menos mal que Dios atiende en Capital Federal, porque si no este país sería Uganda, si atendiese en Santa Fe estamos hundidos todos».

El escandalete terminó imponiéndose a la discusión política y siendo el impulsor de un cuestionable pedido de juicio político, un mecanismo  que debería ponerse en marcha cuando se presuma la comisión de un delito. Sin embargo, el ciclo Saín se cerró tras ese episodio, que también la valió una denuncia frente al Inadi, y el funcionario presentó su dimisión, lo cual parecía ser el objeto principal de avanzar con ese proceso, tal como admitió Lehmann en su alocución.

Sin embargo, antes de finalizar su exposicion, la legisladora se refirió a la situación de la seguridad en la provincia de Santa Fe y fue lapidaria al hacerlo. «Santa Fe es un narcoestado, hay que asumirlo. Algunos se esconden detrás del dedo acusador cuando fueron parte de los 12 años de gobierno que pusieron en jaque a los santafesinos con el avance del crimen organizado. Creo firmemente que estamos en un punto de inflexión. En un momento en donde tenemos la oportunidad de abordar firmemente la lucha contra el crimen organizado y la inseguridad. Cada poder del Estado tiene que hacer su parte. Hemos logrado cambiar de ministro de Seguridad, ahora todos tenemos que colaborar dando las discusiones que hacen falta y aportando soluciones».