Por Luis Contigiani (Diputado Nacional)

Santa Fe ha sido sede de encuentros trascendentales para la historia nacional. Lo fue en 1853, también en 1994. Cuna de la Constitución Nacional y de su posterior reforma, esta ciudad ha marcado grandes hitos. Es la capital de una provincia, además, identificada con el cooperativismo, el mutualismo y la ruralidad; con Pymes industriales que tienen una trayectoria muy valiosa. Es desde allí que debemos pensar, a pocas horas de haberse firmado el acuerdo de libre comercio con la Unión Europea, si la Cumbre de Jefes de Estado del Mercosur tuvo una significación de la misma valía. Y es en este marco, desde mi lugar de legislador nacional, que hago unos aportes al tema en ciernes.

Lo primero que debemos saber es que no hay acuerdo comercial que pueda pensarse por sí solo, ya que el éxito de este tipo de convenios depende siempre de la política de desarrollo que se den los países que lo firman. Y en el caso de la Argentina, adolecemos hace tiempo como nación de un programa de desarrollo integral, de largo plazo, sustentable. Entonces, sería un error pensar que se llegó a un atajo para solucionar los problemas que no estamos resolviendo en los últimos 30 años. En todo caso, la firma del tratado con la Unión Europea nos obliga a repensar la relación con los países del Mercosur y el rol que tiene allí cada uno de nuestros sectores productivos.

Luis Contigiani

Hoy, la realidad es que Brasil y los países europeos tienen en claro su modelo de desarrollo, han apuntalado por décadas estrategias industriales y tienen economías que brindan a sus empresas el marco adecuado para trabajar en su competitividad. En la Argentina, sin acceso al crédito, con problemas de logística y la falta de un plan de desarrollo integral que defina a qué jugamos como Nación, la ecuación es más difícil.

Para ello, propuse crear por Ley un Consejo Nacional de la Competitividad (Conacom), un organismo descentralizado, con autarquía económica-financiera, técnica y administrativa, cuyo objetivo fundamental es desarrollar políticas públicas que alienten la competitividad sistémica, que transparenten las cadenas de valor, que apunten a lograr innovación y productividad, con la participación institucional público privada, orientado al desarrollo económico nacional, regional, provincial y local.

El proyecto también promueve que las provincias argentinas y la Ciudad Autónoma de Buenos Aires constituyan sus propios Consejos Provinciales de Competitividad sistémica, productividad e innovación, para darle un verdadero carácter federal.

Con la finalidad de financiar programas y proyectos emanados de los distintos consejos provinciales de competitividad, se destinará el 0,5 por ciento del total de los derechos de importación ad-valoren que recauda el Poder Ejecutivo Nacional, para no afectar ninguna gasto extra del presupuesto nacional.

Y es aquí, finalmente, donde hago un llamamiento a los sectores productivos y las autoridades provinciales, a que entendamos que Santa Fe, para desarrollar todo su potencial, necesita avanzar con un Consejo Provincial de la Competitividad, en el que todos estos temas puedan debatirse.

Poco antes de que Contigiani diera a conocer su iniciativa, en dialogó con Conclusión adelanto estos puntos y se refirió a las carencias en el ordenamiento político de aquellas herramientas que aportan a democratizar las decisiones.