El fiscal general de la Cámara del Crimen, Ricardo Sáenz, criticó hoy la designación de Eduardo Rosende como subrogante en la Fiscalía en la que tramita la causa por la muerte de Alberto Nisman, al tiempo que manifestó su «esperanza» de que la investigación regrese al fuero federal.

«Estamos todos pendientes de un recurso extraordinario ante la Corte Suprema. Para nosotros, esto tiene que volver al fuero federal. Porque que vuelva al fuero ordinario da a entender que es un suicidio o un homicidio común que no tiene nada que ver (con su labor de fiscal)», sostuvo el integrante del Ministerio Público Fiscal (MPF).

En diálogo con radio Mitre, Sáenz se quejó de la designación de Rosende como subrogante la Fiscalía Nacional en lo Criminal de Instrucción N° 45 y arremetió contra la procuradora general de la Nación, Alejandra Gils Carbó.

«No tiene obligación de preguntarme, pero creo que era mucho más profesional hacerlo y no privilegiar las diferencias políticas sobre el trabajo profesional», afirmó.

El pasado lunes la titular del MPF había resuelto la designación de Rosende, ya que la Fiscalía había quedado vacante tras la jubilación de Viviana Fein y la posterior renuncia de Carlos Alberto Vasser.

Asimismo, Sáenz advirtió que «la sociedad no se merece esto en la investigación» y lamentó que «se sigue dando vueltas y la semana que viene se cumple un año y medio de la muerte de Nisman».

El fiscal general de la Cámara del Crimen resaltó que tiene «la esperanza de que la Corte Suprema intervenga, porque es una causa de una gravedad institucional lo suficientemente importante como para que diga algo».

Al respecto, remarcó que «si la Corte abre el recurso» presentado por la querella, la causa puede ser trasladada nuevamente al fuero federal.

“Es obvio que lo mataron por su condición de fiscal y por haber denunciado a la (entonces) Presidenta», Cristina Kirchner, insistió Sáenz.

Finalmente, el fiscal se refirió a los fundamentos de la presidenta de la Cámara de Casación Penal, María Laura Garrigós de Rébori, en el fallo que devolvió la causa Nisman a manos de la jueza de instrucción Fabiana Palmaghini.

«Violenta el sentido común y constituye una arbitrariedad. La gravedad institucional que reviste la causa de Nisman nos da la posibilidad de que la Corte Suprema pase a entender en una cuestión de competencia, que no es lo normal, pero que lo decida en definitiva», concluyó.