Por Marcelo Chibotta

El 1º de mayo cumplió un mes el regreso del tren de pasajeros del Estado que une Rosario con Buenos Aires. Conclusión recorrió el trazado y antes de emprender la vuelta rumbo a Rosario dialogó con Sergio Sasia, quien conduce los destinos de la Unión Ferroviaria, la organización de trabajadores más numerosa de las cuatro que intervienen en la actividad.

—¿Qué evaluación general podría hacer desde el punto de vista de los trabajadores del nuevo servicio Retiro-Rosario?

—Desde el punto de vista de los trabajadores, la hacemos en un contexto general de recuperación integral dentro del sistema de transporte en la Argentina que se está dando desde hace un poco más de dos años en el sistema dentro del área metropolitana incorporándose formaciones cero kilómetro, de toda la infraestructura y lógicamente de manera paralela, la recuperación progresiva de los trenes de larga distancia, dentro de la cual está la vuelta del tren cero kilómetro que con las vías totalmente renovadas desde Buenos Aires a Rosario, para nosotros es importantísimo. Entendemos que es así para la para la comunidad en su conjunto y que se ratificó esta política de estado con la sanción de la ley que se aprobó hace pocos días.

—En su momento se dijo “ramal que para, ramal que cierra”. ¿Fue por los paros de los trabajadores que los trenes dejaron de funcionar?

—Eso fue producto de la política neoliberal de los 90, que a través de la ley de reforma del Estado no solamente se privatizaron los ferrocarriles, sino que también las otras empresas del estado. La frase esa fue muy dolorosa por la cantidad de trabajadores que quedaron afuera y de pueblos que quedaron aislados por el cierre de ramales. Fue lamentable ver como miles de trabajadores se quedaron sin trabajo, pero también lo fue para la sociedad porque el achicamiento a la mínima expresión de un sistema de transporte tan importante para la Argentina, tanto en la función social que cumplen los trenes de larga distancia de pasajeros, como también la de los trenes de carga, imposibilitó el desarrollo de las economías regionales. También hizo que los pequeños y medianos productores no puedan transportar sus productos que se encarecieron muchísimo porque se quedaron sin la logística apropiada. El crecimiento del transporte carretero por sobre el ferrocarril produjo un retraso muy grande para lo que es un sistema de transporte que hoy se está recuperando debido a que la sociedad en su conjunto y la política han interpretado la importancia que tiene el sistema ferroviario, los trenes a lo largo y ancho de la Argentina.

—En el primer viaje había una importante cantidad de trabajadores jóvenes. ¿Qué experiencias rescató de ello?

—La primera experiencia que puedo contar es la mía; por ejemplo, yo tengo 31 años de ferroviario, entré a los 17 años y nunca había visto un tren cero kilómetro, ni una locomotora cero kilómetro. La experiencia de ver hoy formaciones cero kilómetro es una emoción muy grande para el que siente el ferrocarril desde adentro, y a la vez un compromiso muy grande. Y con respecto a los jóvenes, que fueron más de 70 afiliados a la Unión Ferroviaria, la verdad es que estaban muy emocionados. Lo primero que me transmitieron fue la emoción de viajar en un tren de larga distancia, porque nunca lo habían hecho. En segundo lugar, me llamó muchísimo la atención cómo la gente se acercaba en las distintas estaciones, y eso que era de noche, para saludar al tren y a la gente que iba en él. Se veía la emoción que transmitía la gente del otro lado por donde pasó el tren. Y en tercer lugar, los que viajaron son todos ferroviarios que tienen uno, dos o cinco años de servicio y están participando activamente con nosotros desde el trabajo y eso les permite transmitir esa emoción y convertirla en compromiso. Es bueno que estén participando de la construcción de un sistema. En muchos casos sus padres se quedaron sin trabajo en la década del noventa, o sea que son la contraparte de aquello. Es totalmente diferente, la verdad es que la juventud lo vivió con una emoción y un compromiso que se ve cuando redoblan el esfuerzo en el trabajo, porque con ellos en esta experiencia fue volver al trabajo. Cuando llegaron a Rosario había mucha gente, trabajadores, gente común de los barrios de las afueras que fueron a recibir el tren y que produjeron en ellos una emoción muy grande. Estaban muy contentos

—¿Cómo afectó la puesta en marcha la cantidad de trabajadores implicados?

—Tenemos trabajadores en las distintas estaciones donde cumplen las tareas de personal de estación, los que están reparando las vías, los que van arriba del tren, de Buenos Aires, de Rosario o de los alrededores. Puedo asegurar que el crecimiento que se está dando, en paralelo al crecimiento del ferrocarril, es muy importante. Por ejemplo, desde principios del año pasado hasta ahora ya hemos incorporado más de cinco mil trabajadores, estábamos en cuatro mil a fin de año y ahora estamos ya en el orden de los cinco mil nuevos trabajadores ferroviarios en toda la red. Lógicamente, la mayoría son del área metropolitana que fue hasta ahora el lugar de mayor crecimiento del sistema y ahora se está dando en el interior del país donde se han incorporado trabajadores en Rosario y esto se seguirá dando en base a la recuperación del sistema en cada lugar.

—¿Cuántos nuevos trabajadores hay involucrados en la recuperación de los ferrocarriles?

—Teníamos alrededor de 22 mil y hoy estamos superando los 28 mil, que con la proyección que estimamos, vamos a llegar a los 30 mil a fin de año. Con esas cifras, nosotros hemos crecido en un año y medio más del 20 por ciento de trabajadores.

—¿Cuántos trabajadores hubo en el momento de esplendor de los ferrocarriles?

—Había unos 90 mil trabajadores en la plenitud de los ferrocarriles donde había más de 46 mil kilómetros de vías activas, hoy hay menos del 50 % de esa totalidad de vías realmente activas. Es decir que la proyección de crecimiento que tenemos de trabajadores va paralela a la apertura de ramales que fueron cerrados en su momento, a la intensificación de trenes nuevos que se vayan poniendo y a la puesta en valor de los trenes de carga. Esto implica también el mayor trabajo que van a tener y que ya están teniendo tanto los talleres ferroviarios de reparación de vagones como de reparación de locomotoras, esto va a ir produciendo progresivamente un crecimiento para que ojalá en el tiempo podamos llegar a esa cantidad histórica de trabajadores. Cuando así sea, habremos recuperado los trenes a lo largo y ancho del país, tanto carga como de pasajeros.

—¿Cómo impactará esto en el trabajo en los talleres?

—Estoy convencido de que esto le dará una impronta de recuperación de actividad importante a cada uno de los talleres. Los de Villa Diego hoy pertenecen al Nuevo Central Argentino, que están concesionados todavía y de acuerdo a como se reglamente la ley se verá como es la situación de los mismos. Los talleres de Pérez no están perteneciendo al Estado nacional y los de María Juana tienen la particularidad de que ya están fabricando vagones de carga, han demostrado en corto tiempo que esto va a tener una proyección de crecimiento que se irá dando no sólo por la incorporación de unidades cero kilómetro desde el exterior, sino también por la fabricación que está comenzando en la Argentina. También hay que ver la reparación de locomotoras y vagones, a lo que hoy no se le está dando tanta relevancia porque no hay tantos trenes, principalmente de cargas, pero ahora bajo esta impronta de recuperar los trenes de carga progresivamente, los talleres van a ir creciendo exponencialmente en actividad y por supuesto en cantidad de trabajadores.

—¿Qué le transmitiría esta nueva situación a la sociedad en general?

—Que ya la experiencia la tuvimos y sabemos cuáles fueron los resultados de esas políticas equivocadas de los años 90 en la que nos quedamos sin muchos trabajadores y con algunos pueblos aislados. Que en ese momento algunos formadores de opinión como fue el famoso programa que le hablaba a “doña Rosa” y que le decía que los ferrocarriles perdían un millón de dólares por día y que los ferroviarios eran todos vagos, eso ya quedó demostrado que no era así, entonces cada uno tiene que cumplir su rol. Nosotros trataremos, los trabajadores, de cumplir el rol que nos corresponde que es trabajar y poner la experiencia al servicio del ferrocarril, el gobierno tendrá que llevar las políticas para que se siga recuperando este modo de transporte y la sociedad en su conjunto, deberá defender esto que es recuperar parte de la soberanía nacional que se perdió cuando se concesionaron o se privatizaron. Y si en algún momento llega un gobierno, yo interpreto que no porque la inmensa mayoría de la política ha votado a favor de esta ley, que haga lo mismo que en ese tiempo, seguramente a la Unión Ferroviaria la va a encontrar luchando de la manera que tiene que hacerlo, con medidas de fuerza, en la calle y sumando a todos. Estoy convencido que va a ser así, que toda la sociedad o a gran parte de la misma, se sumará a nuestra lucha si llegase un gobierno que quiere torcer el destino de esta recuperación, aplicando políticas como las que llevaron al cierre de los ramales de esta herramienta tan esencial en cuanto a su función social como en función del desarrollo de la Argentina.