El gobierno de Santa Fe decretó el uso obligatorio de elementos de protección que cubran la nariz, la boca y el mentón, al momento de realizar actividades permitidas en el marco del aislamiento social, preventivo y obligatorio.

De esta manera, los ciudadanos deberán portar tapabocas cuando circulen por la vía pública para ir a espacios permitidos, en el transporte público de pasajeros, en taxis y remises, como así también en locales comerciales –especialmente en supermercados y verdulerías-, dependencias de atención al público y bancos, entre otros lugares donde se dificulte mantener el distanciamiento social.

Además, quienes realicen entregas domiciliarias de productos estarán obligados a llevar tapabocas como así también quienes los reciban.

Desde el gobierno provincial destacaron que la obligatoriedad del uso de tapabocas subsistirá mientras rija el aislamiento obligatorio y que esta nueva medida debe agregarse a todas las normas de higiene y prevención que impone la emergencia sanitaria.

A quien no cumpla con la normativa, se le iniciará un sumario contravencional, con inmediato conocimiento del Juez de Faltas competente.

El gobierno de Santa Fe recomienda que los tapaboca sean considerados como “contaminados” después de cada uso, por lo que deben ser lavados y secados antes de ser reutilizados.

Además, aconsejan el uso de estos elementos preventivos en cualquier otro ámbito o lugar diferente a los indicados anteriormente, como así también su portación en vehículos oficiales o privados para ser utilizado en ocasión de ser detenido en los controles de tránsito en la vía pública.

A su vez, y en línea con las medidas del Ministerio de Salud de la Nación, el último artículo del decreto gubernamental prohíbe la venta de barbijos quirúrgicos o profesionales a quienes no se desempeñen en los servicios de salud.

El objetivo de esta medida es evitar el faltante de este tipo de barbijos, necesarios para personal de salud que se encuentra directamente expuesto al Covid-19.

El decreto, publicado este miércoles, lleva la firma del gobernador de Santa Fe, Omar Perotti, y el ministro de Salud de la provincia, Carlos Parola.