El diputado Jorge Henn presentó en Rosario el proyecto de ley que estipula la creación del Centro de Prevención y Monitoreo de Violencia de Género. El trabajo contó con la colaboración del Programa de “Género y Sexualidades” de la Secretaría de Extensión de la Facultad de Derecho y el acompañamiento de las diputadas María Victoria Tejeda, Estela Maris Yaccuzzi, Verónica Benas, Silvia Ausburguer, Alicia Gutierrez y Mercedes Meier.

Según su autor, la propuesta tiene por objetivo crear “un instrumento que brinde una base sólida para establecer políticas públicas que comiencen a saldar la deuda histórica de garantizar el derecho a una vida libre de violencia de las mujeres y de quienes han sufrido violencia por su condición sexual y de género que no se corresponden con las identidades hegemónicas”.

Seguidamente, Henn expuso que el proyecto responde a que “no se ha dimensionado la magnitud del problema que por sus características todavía está invisibilizado en la sociedad”

“El proyecto no está pensado para convertirse en un ente recopilador de datos. Muy por el contrario, planteamos que el mismo tenga la capacidad de incidir en la vida cotidiana de la gente”, fundamentó el ex vicegobernador de Santa Fe.

Palabra universitaria

Analía Aucía, docente de la facultad de Derecho y miembro del programa de “Género y Sexualidades” de la entidad universitaria, conversó con Conclusión y afirmó que en dicho tema “hay una aparición de nuevas formas en las que se expresa la violencia de género. No es nueva, es histórica lamentablemente”.

“Lo que pasa es que el contexto actual, atravesado por factores fuertemente económicos y de nuevas configuraciones de las identidades de género, hacen que viejas formas de violencia de género aparezcan de forma más cruel y con un estilo distinto al conocido”, completó.

Seguidamente, Aucía explicó que una de las nuevas formas “tiene que ver, por ejemplo, con la violencia simbólica contra las mujeres a través de los medios de comunicación”.

“Siempre hubo tráfico de esclavos y esclavas, y a principios del siglo veinte también hubo lo que se conocía como la trata de blancas, pero en este momento la trata de personas, de mujeres de niñas y niños con fines de explotación sexual es un negocio muy redituable que los organismos que trabajan con trata lo comparan con el rédito que da el tráfico de armas y de drogas”, agregó.

¿Desde la visión académica, las raíces del tema tienen que ver con cuestiones atávicas y naturales o culturales?Analía Aucía

No tiene que ver con cuestiones atávicas y naturales porque si así fuera no podríamos cambiarlas, si fuera natural la violencia tendríamos que pensar que todas las  mujeres son débiles y todos los varones son violentos. Tiene que ver con una construcción cultural que refiere a las identidades de género como si fueran opuestos lo masculino y femenino con características específicas, rígidas e inamovibles. Son construcciones culturales y por lo tanto se pueden cambiar. Tanto es así que las mujeres hemos conquistado la igualdad de derechos, pero todavía falta concretar que esa igualdad formal, legal, se materialice.

Entonces esa construcción tiene que ver con el poder…

La construcción de los géneros está claramente atravesada por el poder, porque es desde allí donde se construyeron esas identidades para beneficio de quienes gozan de los privilegios de esa construcción antinómica. Los varones, si bien se ven perjudicados por esa construcción rígida de la identidad masculina, tienen privilegios y son los que no están dispuestos a ceder.

¿Todos los varones?

Las construcciones de las identidades tienen que ver con quienes se identifican con su género, pero eso no quiere decir que mujeres y varones concretos, materiales, de carne y hueso, respondamos si o si a esos estereotipos. La historia demuestra como las mujeres nos hemos podido organizar para conquistar la igualdad y como muchos varones han acompañado, acompañan y seguirán acompañando la lucha de las mujeres.

¿Cuáles son las expectativas?

Hay objetivos básicos que tienen que ver primero con que se cumplan las normativas de derechos humanos que ya están sancionadas para las mujeres y para los colectivos de identidades de género y sexuales no hegemónicas. Que se cumpla lo que está formulado. Por otro lado, que se amplíe el campo de goce y de inclusión de las mujeres y de los colectivos de diversidad sexual a ese sujeto pleno del derecho que está bastante carcomido porque es al que solamente pueden llegar algunos valores. Y otras expectativas son que todos los poderes del Estado, el Ejecutivo y sobre todo el Judicial, puedan implementar políticas públicas para promover los derechos de las mujeres para lograr la igualdad efectiva y que el poder Judicial pueda asumir el compromiso de terminar con la impunidad.

¿Y cuáles serían las primeras recomendaciones?

Unas de las recomendaciones sería cumplir con la normativa, destinar partida presupuestaria allí donde está regulada que hay que destinar partida presupuestaria y contratar personal donde está establecido que hay que contratar personal. Hay muchas normativas que no se están cumpliendo y esta es una de las primeras recomendaciones que le compete a este centro de monitoreo de violencia de género.