La diputada nacional del Frente para la Victoria, Fernanda Vallejos, presentó un proyecto de ley para establecer la obligatoriedad de las propinas, integrarlas a los ingresos de los trabajadores y otorgarles carácter remunerativo.

Fue costumbre y ley hasta 1976 dejar el 10% de propina en bares y restaurantes luego de recibir un buen servicio. En 2009 hubo una iniciativa de Adolfo Rodríguez Saá y Liliana Negre de Alonso, para instituir lo que según sus detractores, significaba el pago de un alto porcentaje que resultaba excesivo para los consumidores de debían pagar entre el 7 y el 8 por ciento por ese concepto.

En febrero de 1946, el decreto-ley 4148 convalidó el Laudo Arbitral que luego la Ley 12.921 “elevó de rango”. Sin embargo, durante el gobierno de facto de Eduardo Lonardi, en 1955 se suprimió el laudo. En 1973, con el tercer gobierno peronista, el laudo pudo ser recuperado por los trabajadores, hasta que en 1976, la dictadura militar firmó el decreto-ley 22.310 que eliminando este derecho.

Han pasado casi 40 años de la derogación del laudo gastronómico que garantizaba a todos los trabajadores una comisión no inferior al 10% de la facturación bruta del establecimiento, y se reemplazó por la propina, -esta vez-a cargo del cliente.

La semana pasada surgió la polémica cuando la legisladora Elisa Carrió pidió a la clase media y alta dar “propinas” en estos tiempos de crisis. Sin embargo, ahora Vallejos presentó un proyecto para que éstas sean obligatorias.

En los fundamentos, la diputada kirchnerista recordó que “el derecho que busca reponer (este proyecto) ya existió en nuestro país”, ya que el “el 4 de septiembre de 1945, por órdenes del General Juan Domingo Perón, Domingo Mercante firmó un Laudo Arbitral de la secretaría de Trabajo y Previsión que prohibió la propina individual de los trabajadores gastronómicos y hoteleros, y estableció un sistema de retribución colectiva, proporcional a las ventas que se repartiría entre todos los trabajadores del establecimiento”.

La parlamentaria argumento que que la fuente de inspiración para realizar la presentación fue «Eva Perón», y manifestó que la presentación era «para devolverles a los trabajadores gastronómicos el derecho al «laudo» que les había otorgado Perón y eliminó la dictadura. Limosna, no. Más derechos y mejores salarios», escribió en su cuenta de Twitter.

La congresista, explicó en la iniciativa que el laudo “recomendado adicional será del 5%” y “en la factura deberá constar de manera explícita la recomendación”. Y dejo la puerta abierta para sugerir que el cliente “podrá, a voluntad, pagar un laudo mayor al recomendado”.

En tanto, respecto de como percibirá el trabajador esos adicionales, precisó que se distribuirán semanalmente “en forma equitativa y proporcional a las horas trabajadas, entre el conjunto de los trabajadores del establecimiento” y tendrán “carácter remunerativo”.

Además, se desprende de la lectura del escrito presentado que «a modo de compensación para el consumidor, que los hoteles y restaurantes no podrán cobrar un costo adicional en conceptos de cubiertos, uso de mesa, o cualquier servicio equivalente”.