Al filo del cierre de listas, Fernando «Pino» Solanas decidió competir en la provincia de Buenos Aires. «No quería quedar ausente del gran debate nacional», explica el precandidato a senador por Creo, que lleva al jefe de la CTA, Pablo Micheli, como cabeza de la lista de diputados.

El referente de Proyecto Sur, quien tiene mandato en el Senado hasta 2019, critica el rumbo económico del Gobierno y apunta contra su antigua aliada dentro del extinto UNEN, Elisa Carrió. «Defiende al Presidente y a sus amigos para que este gobierno no caiga», asegura.

Lo que antecede, es la introducción a un reportaje que el diario La Nación le hizo a Solanas. Este es el diálogo mantenido con el legislador:

Su banca por la Ciudad vence en dos años, ¿por qué se presenta?

“Porque logramos un buen acuerdo con el Partido Renovador Federal, con estructura en toda la provincia y con Pablo Micheli, un dirigente muy respetado. No se puede ir a una elección con pesos pesados, como ésta, de rodillas. Y tengo domicilio en provincia”.

¿Le incomoda ser candidato testimonial?

“No tengo por qué asustarme si no está prohibido por la ley. Lo ha hecho todo el mundo. Nuestra fuerza necesita que el dirigente nacional esté presente en el principal campo de batalla, lo demás es secundario.

-¿Cómo evalúa la gestión de Mauricio Macri?

“Una buena parte del electorado que votó al Gobierno está desengañada, hubo muchas promesas incumplidas. Todos los eslóganes de campaña, como pobreza cero, estaban ajenos de la realidad. Y el proyecto económico acentúa líneas que no pueden impulsar una reactivación. Es imposible una recuperación con las tasas del Banco Central que le ganan a cualquier inversión, con la apertura de las importaciones y con el ajuste de las tarifas. Es lógico que así haya despidos y cierres de fábricas todos los días. Entramos en el segundo año de mandato y estamos muy lejos de lo que prometieron”.

¿Cuánto explica la situación actual la herencia recibida?

“Es una trampa seguir hablando de la herencia. No se puede gobernar de manera irresponsable como se está haciendo ni enfrentar el déficit fiscal endeudando a la Argentina. Uno de los principales errores de Macri es no haber llamado a una gran concertación política, económica y social para fijar 15 o 20 políticas de Estado”.

¿Cree que el Gobierno se diferenció del kirchnerismo en el combate de la corrupción?

“Hay corrupciones de distinto tipo respecto del kirchnerismo, pero hay. Hubo casos de altísima corrupción en el Gobierno, como el del Correo o los giros que recibió el jefe de la AFI, Gustavo Arribas, que el juez Canicoba Corral cerró sin haber investigado nada”.

Usted estuvo muy cerca de Carrió hasta 2014. ¿Cómo ve su rol en el Gobierno y por qué cambió su relación drásticamente?

“Ella es la defensora del Presidente y de los principales funcionarios. En su rol de amiga, no dice nada de los casos de corrupción propios. Como parte del relato de Macri, cumple un rol de garante de honestidad, pero defiende al Presidente para que este gobierno no caiga. Nos distanciamos porque en 2013 había sacado 1,8% de votos, navegaba en el Riachuelo del olvido y necesitaba reflotar. Nosotros nunca nos apartamos de la plataforma de UNEN. Ella, en cambio, pasó a plantear la necesidad de agrandar el espacio con un personaje [Macri] a quien en las últimas dos elecciones había denunciado por corrupto”.