En una nueva emisión de Cafe Internacional, el programa recibió la visita de Lucila De Ponti, referente del Movimiento Evita, parte de la Confederación de los trabajadores de la Economía Popular (CTEP), una síntesis de la academia y el trajín de la organización barrial y territorial, le suma luchas a su cuerpo, porque además es una de las caras más reconocidas dentro de esa corriente del feminismo que se denomina popular.

De Ponti es diputada en el Congreso Nacional, expresión y representante de las nuevas generaciones que se incorporan a la función pública (accedió a su banca con 30 años), cuenta con una participación político partidaria -pero también de organización barrial y territorial- que se desarrolló paralelamente a esa segunda transición de la democracia argentina que inauguró el gobierno de Néstor Kirchner.

Motivada por el compromiso con los intereses y los derechos de los trabajadores, y particularmente de los sectores populares, el interrogante es cómo hacer para integrar esos grandes contingentes de personas que han quedado fuera del sistema formal de la economía pero que sin embargo son agentes de la producción nacional.

En ese sentido, cobra relevancia un fenómeno con el que nuestra democracia (y el mundo en general) convive desde el inicio de la globalización por lo menos: el del trabajador pobre. Es decir, personas que trabajan de manera formal pero que sin embargo no llegan a cubrir la canasta básica con su salario. Eso nos conduce a interpelar esa cantinela tan practicada del esfuerzo individual, del emprendedurismo, como base de una sociedad próspera. Por añadidura tenemos que interrogarnos el lugar de la política y del Estado y los principios de igualdad y libertad.

La diputada considera que la desigualdad es el mal mayor, fuente de un sinfin de otras problemáticas. Por eso, en su condición de cabeza de lista de diputados provinciales de “Llegó la hora” propone como eje combatir la desigualdad a lo largo de toda la provincia, De Ponti propuso hacer foco en recuperar el modelo productivo ligado a la defensa del trabajo, la industria, las pymes y los pequeños productores, desarrollando formas más justas de comercio y fomentando la economía popular.

La lista de De Ponti «es producto del equilibrio que conseguimos entre distintos sectores y de nuestra decisión de incorporar candidatos ligados directamente a la producción», explicó la diputada nacional y agregó que «por eso nos acompaña Donello que es el secretario general de UOM Rosario. uno de los sectores más castigados por este modelo económico nacional».
A su vez hablaremos del feminismo, del feminismo en el peronismo, del vínculo entre feminismo y justicia social y de los otros feminismos.

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Por otro lado, tenemos la columna de Matías Casaretto sobre el anuncio del sábado pasado de la fórmula F-F. El kirchnerismo se corrió al centro, se pejotizó o peronizó? La decisión reúne 3 grandes condiciones: sorpresa, secreto e información. Eso fue lo que conmovió tanto el escenario político nacional. Quizás allí, en el carácter taumatúrgico de la política radique su mayor virtud: esa posibilidad de iniciar algo nuevo, de sentar un nuevo comienzo. Y eso es precisamente lo que logró CFK. Salir de la inercia de la grieta, surcirla momentáneamente.

Como dijo Malamud, la grieta no se acaba pero se modera. Cristina tiene los votos pero Alberto los administra. Alberto en carácter de hombre de la rosca (de pibe rosko diría un amigo), de hombre del palacio, de componedor, puede darle eficacia a ese poder que le otorgan los votos a Cristina, puede aceitar los mecanismos desgastados por la grieta. En circunstancias como las actuales el poder debe ser como el líquido: adoptar la forma del recipiente. Y el recipiente es ese “caos” que provocó la gestión macrsita del que habló Cristina en el video.

La misión es devolverle orden a la vida de los argentinos, pero no un orden de jerarquías sino de previsibilidad, de certidumbre, de evitar el pánico de las persianas bajas de los negocios y de los despidos. Es una manera pragmática, realista, de concebir la situación actual del país: CFK considera que la crisis es más grande de lo que se piensa. Y eso amerita decisiones de este tipo. Ceder ambiciones y vanidades, dejar de lado la quintita política personal. Es tal vez la primera decisión de gobierno que se toma antes de acceder al mismo, es más una política de Estado que una estrategia electoral. No hubo encuestas previas ni focus groups.

Allí también radica esta nueva normalidad: deicidir como gobierno sin todavía serlo. CFK lo deja bien claro cuado dice que la coalición que gobierne debe ser necesariamente más amplia que la que gane las elecciones.

Alberto acuñó aquello de que con Cristina sola no alcanza pero sin Cristina no se puede. Vamos a ver si él le proporciona ese sprint de votos necesarios para la victoria.

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