“Que cada uno vote lo que quiera. La crisis está siendo muy importante y no podemos comprometernos a militar por Macri”. Pronunció esa frase uno de los cuatro dirigentes de la Mesa de Enlace agropecuaria. Daniel Pelegrina (Sociedad Rural), Dardo Chiesa (CRA), Carlos Iannizotto (Coninagro) y Carlos Achettoni (Federación Agraria) se reunieron a pensar y analizar un pedido que les hizo el presidente Mauricio Macri en su último encuentro en la Casa Rosada.

Luego de la derrota en las Paso, les reclamó apoyo y militancia para dar vuelta el voto negativo que depositó el campo en Buenos Aires, Córdoba y Santa Fe. Antes de irse de Balcarce 50, los dirigentes le aclararon que “será difícil” desandar el rechazo a Cambiemos.

Le explicaron lo que le explican a Macri casi todos los empresarios con los que aún dialoga: la crisis y la recesión detonaron las economías regionales, las pymes y las familias que viven indirectamente de la actividad agropecuaria.

Y que a eso había que sumarle un rechazo a su figura del núcleo ultra católico, enojado por la introducción del debate sobre el aborto en la agenda pública.

Todo eso hizo que, hace unos días, los integrantes de Enlace decidieran dar libertad de acción. No militar por Macri y sentar un mojón histórico en un bloque monolítico. Por primera vez desde que Cambiemos gobierna, el campo y los sectores de la agroindustria se replantean el voto: si darle un apoyo a Alberto Fernández confiando en que el albertismo es distinto al kirchnerismo o seguir alineados con Macri a la espera de que los males no sean peores que las penurias actuales.

La situación es distinta, no ya en relación al 2015, sino a algo más cercano, las legislativas de 2017. Un caso: Coninagro emitió hace dos años un comunicado de apoyo al rumbo de Cambiemos llamando indirectamente a confirmar el voto de 2015.

Hoy no hay intenciones de repetirlo. Los más resistentes, que siguen firmes con Macri, son los que padecen la crisis de la resolución 125 como un estigma. Los de la pampa húmeda, que producen commodities, en contraposición a los más liberales, los cooperativos y economías regionales.

En medio de la crisis económica, la flexibilidad de Fernández aportó al dilema del agro respecto de lo que puede venir. El candidato del Frente de Todos liberó al juego a un grupo de referentes de campaña, algunos de ellos ministeriables si el peronismo ganase en octubre. Hay un hombre clave: el tucumano Jorge Neme, que trabaja en el gobierno de Juan Manzur y es articulador amistoso con diferentes CEOs. Hace unos días, cuando Fernández recaló en Tucumán, Neme se juntó con referentes del Centro de Industriales Azucareros, Ledesma y economías regionales.

La última reunión que mantuvo fue en Buenos Aire y sumó también a los molineros de FAIM, a la cámara de exportadores de cereales CIARA-CEC, Coninagro y CRA. “El Turco” Neme y el ex INTA Gabriel Delgado sondean el clima del campo para llevarlo a oídos de Fernández. Por ahora, el que transmite lo que consiguen los agro lobistas es uno de los dos jefes de los equipos técnicos de la campaña, Nicolás Trotta. Cuentan que en esas reuniones se hacen trazos gruesos de la idea de un hipotético gobierno de Fernández y se pide conservar algún detalle que aplicó el macrismo, como las mesas sectoriales. Los enviados también despejan ideas peregrinas de los agro CEOs. La de moda es qué hará Fernández con las propuestas del dirigente de la CTEP Juan Grabois.

En el campo tienen, de todos modos, algunas dudas respecto a qué hará Fernández si llega al Gobierno. Y, también, sobre la elección de ministeriables o dirigentes. “A veces –contó un exportador- parece que nosotros vamos más rápido que Fernández; le pedimos cosas, personas, que no se saben aún”. En la reunión que el candidato mantuvo con la Mesa de Enlace en su búnker de México al 300, antes de retirarse los dirigentes le preguntaron quién sería el interlocutor con el campo. “Hablamos con Neme y Delgado”, le dijeron. “Están bien rumbeados”, fue la devolución, sin mayores detalles, del candidato.

Mientras tanto, el Gobierno padece algunos gestos de rebeldía, picardías del cambio de época. En las últimas horas, el ministro de Hacienda, Hernán Lacunza, se reunió con multinacionales que exportan granos. Les mostró números que ya conocen: están liquidando menos dólares que en 2018, cuando pegó la sequía. Por ahora, la relación está en etapa de carreteo. Pero el dato político es un cambio de tendencia que instala la posibilidad de que el campo vote en octubre a otra fuerza que no sea Cambiemos, la alianza que les prometió el oro y el moro y que, para los ruralistas, sigue en la columna del debe.

Fuente: Letra P