Por Aldo Battisacco desde Buenos Aires (enviado especial)

Mientras que militantes de distintas agrupaciones políticas, dirigentes y funcionarios provinciales se dirigieron a las afueras del Mausoleo de Néstor Kirchner, en el cementerio de Río Gallegos, a siete años de su fallecimiento en Santa Cruz, legisladores nacionales del Frente para la Victoria evocaron a su líder político y emitieron un comunicado que lleva por título, «Néstor fue blando y dulce con los débiles y duro con los fuertes. Algunos no se lo perdonan».

Comunicado:

A siete años de la muerte de Néstor Kirchner, el bloque de Diputados y Diputadas Nacionales del FPV-PJ, que preside Héctor Recalde, expresa:

«Imposible evitar comparaciones. Asumió la presidencia, como solía decir, con el país en el infierno para llevarlo al purgatorio. El Estado sin un peso; la deuda externa en relación al PBI del 150%; el corralito bancario, símbolo de la estafa a los ahorristas; el aparato productivo desmantelado y protestas en las calles».

Se hizo cargo de ese inventario sin chistar, sin dejar sus principios en la puerta de la Casa de Gobierno. Quería el amor de la gente y de su país, a los que sirvió hasta su muerte. Cuando todo aquello se solucionó, que algunos creen por arte de magia, le ofrendaron a cambio el escarnio, insultos y falsas acusaciones que nunca pudieron ni pueden probar.

Perteneciente a la estirpe de dirigentes cuya virtud era conectarse de inmediato con las aspiraciones populares. Después, se ponía en marcha su perfil neto de hombre de acción. De acción política, incansable, permanente, donde se involucraba personalmente, sin ampararse en funcionarios o protocolos. Borrando de un plumazo la percepción perezosa de “lo posible” para abrir caminos de solución a las lacras aún remanentes de la crisis de 2001.

Aún crítico del estado en que se encontraba el peronismo de entonces, le hizo frente a la coyuntura con la impronta del movimiento original, histórico: fue blando y hasta dulce con los débiles y duro con los fuertes. Algunos no se lo perdonaron.