Por Alejandro Maidana

Con la intención concreta de defender la casa común, con la certeza de que hay que trasladar la discusión socioambiental hacia el terreno institucional, el Movimiento Verde puso primera apoyado y cimentado en los distintos frentes de lucha que se han consolidado en torno a la defensa de la tierra.

Los embates incesantes del agronegocio, la voracidad del negocio inmobiliario, el colapso natural, lógico y anunciado por lo antes mencionado, sumado a la subordinación política a los mismos, la necesidad de construir una alternativa a la degradación, cobró fuerzas para materializarse en un movimiento que disputará el poder en cada rinconcito cordobés.

Algo ha quedado demostrado con el impiadoso paso del tiempo en este expoliado país, sin justicia ambiental, la justicia social seguirá durmiendo el sueño de los desvalidos. El modelo agroexportador solo ha servido como ariete para consolidar los privilegios de un puñado de personas, es momento para dejar de hablar de pobreza e interpelar profundamente la riqueza.

Barajar y dar de nuevo, apostando a las cartas bajas, a esas que, acompañadas por una estrategia adecuada, están en condiciones de ganar grandes partidas. Ahí están los verdes, sembrando esperanza para que las generaciones futuras, puedan disfrutar de una imprescindible cosecha, nuestra casa común nos necesita, manos a la obra.

Para conocer en profundidad el extenso derrotero que desembocó en un movimiento político, Conclusión dialogó con dos de sus integrantes. “Si bien hace años que venimos dando esta discusión, producto de la profundización del choque con la estructura política, se imponía este salto para dar la lucha en el plano político. Las batallas ambientales en Córdoba se reproducen todos los años, el sistema político es sumamente cerrado, en esta provincia sufrimos una reforma constitucional meses antes del estallido de 2001. Así fue como el radicalismo y el rancio PJ con tintes fascistas, se pusieron de acuerdo para armar una Constitución pinochetista con una democracia mínima y un control total tanto de la justicia, como del poder legislativo y ejecutivo, y las empresas que controlan a esos tres, destacando que los medios de comunicación giran en torno a ello”, sostuvo Medardo Ávila Vázquez, pediatra y uno de los fundadores de la Red de Médicos de Pueblos Fumigados.

Desde el Movimiento Verde no ahorran en críticas a la hora de hacer referencia a una constitución provincial que, de democrática, tiene muy poco. “En estos 20 años con esta constitución, los únicos conflictos que han chocado contra el modelo pinochetista, han sido los conflictos ambientales. Esta provincia se encuentra en crisis, nosotros a diferencia de Santa Fe, que cuenta con el río Paraná, una fuente de vida y renovación permanente del territorio, aquí nos encontramos en una zona semiárida que solo puede gozar de unos 600 mm anuales de lluvia. En Córdoba los ríos son raquíticos y se encuentran destruidos, nuestras aguas están cargadas de atrazina, glifosato y clorpirifos entre otros químicos. También nuestros bosques, que son la fuente de renovación de nuestros territorios están reducidos a menos del 3%, quemándose el año pasado 400.000 hectáreas”.

Vamos a disputar legisladores, municipios, incluso la gobernación. Estamos dispuestos a dar la discusión ambiental, ecológica y social, en todos los planos políticos de la provincia.

Un paso al frente para poder ampliar el escenario de disputa, claro que, en esta oportunidad, será en un terreno nada amigable. “Así fue como nos decidimos a armar una estructura política que nos brinde la posibilidad de que, en cada pueblo, en cada comuna, podamos presentar listas y de esa manera discutir en cada uno de los territorios, principalmente el ordenamiento del suelo. Allí las distintas variables ambientales y ecológicas tomando como referencia las necesidades de la población del lugar, y no los intereses de los grupos económicos. Nuestra organización, <El Movimiento verde> cordobés, surge desde abajo con una multiplicidad de grupos, de activistas, de asambleas autoconvocadas, de experiencias como la de Pablo Riveros (vecinalista que gobierna Villa Ciudad Parque)”.

No hay límites en el horizonte electoral del Movimiento Verde cordobés, por ello, no se conforman con el solo hecho de ocupar algunas bancas comunales. “Vamos a disputar legisladores, municipios, incluso la gobernación. Estamos dispuestos a dar la discusión ambiental, ecológica y social, en todos los planos políticos de la provincia, tenemos compañeros con experiencia militante en el kirchenrismo, y otros que no, destacando que hay muchos independientes con un gran trabajo en lo social. Por ello armamos esto como un movimiento, en donde hay una pata peronista, o que tiene un reconocimiento peronista, pero básicamente nos reconocemos como parte de la experiencia política social y local de Córdoba. Nosotros consideramos que esta construcción debe extenderse por todo el país, para llevar la lucha a todos los planos”, enfatizó Medardo Ávila Vázquez.

La constitución de 2001 fue el último regalo que nos dejó el neoliberalismo, en Córdoba tenemos una democracia de muy baja calidad debido a esta constitución pinochetista, ya que quién gane la elección, así lo haga por un voto, tiene a todos los poderes restantes subordinados.

Juan Pablo Ruiz es abogado y apoderado del partido, y en torno a lo que los movilizó a impulsar este movimiento, sostuvo: “Nuestra provincia, pero en especial nuestro país, sigue siendo escenario de distintas luchas socioambientales. Hay muchísimas personas con inquietudes que surgen de los impactos sociales producto del maltrato al ambiente, es por ello que consideramos vital dar la discusión e intentar ocupar los espacios institucionales. De esta experiencia, que fue discutida, debatida y trabajada, decidimos disputar electoralmente los espacios de tomas de decisión. El desborde social es muy grande, la incertidumbre es mucha, por eso mismo construimos este espacio con la idea de fortalecer la democracia con discusiones que consideramos se encuentran marginadas.

La insistencia en la necesidad de reformar la constitución, aparece como una las piedras basales para la transformación que persiguen <los verdes>. “Necesitamos una provincia más democrática, en donde dejemos de estar subordinados al agronegocio y al negocio inmobiliario, para proteger los bienes comunes como son los bienes naturales. La constitución de 2001 fue el último regalo que nos dejó el neoliberalismo, en Córdoba tenemos una democracia de muy baja calidad debido a esta constitución pinochetista, ya que quién gane la elección, así lo haga por un voto, tiene a todos los poderes restantes subordinados. Quién es elegido gobernador designa la legislatura, quién a su vez designa jueces y fiscales, con lo cual, en ese diseño institucional, quién haya ganado, alinea verticalmente a los tres poderes del Estado. Es un diseño institucional creado a favor de los poderosos. Uno de los planteos que no se encuentra en la agenda del campo popular, es que necesitamos de una nueva constitución indudablemente”.

Nos pensamos como un movimiento cordobés, particularmente en Córdoba el espacio nacional, popular y progresista, ha sido siempre una mezcla de rebeldía y federalismo, la Reforma del 18, el Cordobazo, nadie se puede imaginar a Tosco pidiendo permiso para hacer un paro a la CGT Nacional.

Tienen en claro que su irrupción no tiene nada que ver con impulsar el reemplazo de las asambleas, ni ser la voz de las mismas. “Éstas como espacios de construcción de comunidad y de lucha socioambiental, son irremplazables, son las principales protagonistas de la lucha cultural. Nosotros como movimiento, interpelamos a las asambleas y a la comunidad a tratar de construir una alternativa política que dispute los espacios institucionales junto a aquellas compañeras y compañeros, que quieran aceptar este desafío. Debe quedar claro que las asambleas son mucho más importantes que las construcciones políticas a la hora de articular la resistencia, por eso no está en nuestra génesis aparatear a las mismas. Como entendemos que trasladar la lucha a lo electoral, es ingresar a un territorio adverso para las luchas populares, invitamos a todas y todos a participar para discutir nuestra agenda en los distintos poderes del estado”.

La crisis de representatividad política, como eje de una propuesta superadora al bipartidismo. “Necesitamos de representantes que sean la voz de los pueblos, de las comunidades, no de los poderes fácticos. Nosotros nos pensamos como un movimiento cordobés, ya que particularmente en Córdoba, el espacio nacional, popular y progresista, ha sido siempre una mezcla de rebeldía y federalismo, la Reforma del 18, el Cordobazo, nadie se puede imaginar a Tosco pidiendo permiso para hacer un paro a la CGT Nacional, somos coherentes con nuestra historia. Como nos duelen las agresiones a la madre tierra en cada punto del país, somos solidarios con todos aquellos que luchen en defensa de la misma, allí estaremos articulando y poniéndonos a entera disposición”.

El faro sin duda alguna es la gestión de Pablo Riveros como Jefe Comunal de Villa Ciudad Parque, no sé cuántos presidentes comunales decretaron que no se puede construir en los faldeos de los cerros.

El 2021 será nuevamente un año electoral, escenario que encuentra al Movimiento Verde cordobés, aún en el proceso de tomas de decisiones. “No tenemos la certeza de que sea este año el que nos tendrá participando de las elecciones, pero sí queremos que el 2023 nos encuentre con candidatos en todas las comunas y municipios. Creemos que tiene que ver una voz distinta que represente estas demandas, que no es otra que el cuidado de nuestra casa común. El faro sin duda alguna es la gestión de Pablo Riveros como Jefe Comunal de Villa Ciudad Parque, no sé cuántos presidentes comunales decretaron que no se puede construir en los faldeos de los cerros. No solo es un patrimonio paisajístico, es una cuenca, hay bosques y eso debe preservarse para las futuras generaciones. La de Pablo es una comuna libre de agrotóxicos, que impulsa la agroecología y la soberanía alimentaria, sin olvidar la posibilidad de cultivar cannabis para uso medicinal con todos los cuidados que amerita. La gestión de Villa Ciudad Parque, plantea otra escala de valores, construcción de comunidad, soberanía alimentaria, cuidado de la madre tierra pero por sobre todo, la edificación de un democracia de alta calidad”, concluyó Ruiz.