Este jueves, la bandera norteamericana flameó varias horas en el mástil de la base militar de Ushuaia, a modo de bienvenida a la generala del ejército norteamericano y jefa del Comando Sur, quien viajó a Tierra del Fuego con el objetivo de «interiorizarse»  sobre el supuesto interés que tendría china en financiar la construcción del Polo Logístico Antártico. Como el gobernador del Tierra del Fuego, Gustavo Mellela se negó a recibir a Richardson, el presidente Javier Milei interpretó que se trataba de un desplante contra el país del norte y realizó un viaje relámpago al extremo sur argentino para estar junto a ella, a pesar de que Richradson había estado horas antes en Casa Rosada.

“El mejor recurso para defender nuestra soberanía es reforzar nuestra alianza estratégica con Estados Unidos y con todos los países que abrazan las causas de la libertad”, sostuvo Milei al hablar brevemente tras el encuentro con Richardson.

La idea del Presidente fue viajar a Ushuaia para dar una nueva muestra de sintonía con el gobierno de los Estados Unidos y entrevistarse personalmente con Richardson, quien ya había estado horas antes  en Casa Rosada con el jefe de Gabinete, Nicolás Posse. El escenario elegido no es casual, ya que Estados Unidos mira con desconfianza el avance de China en la región y en la zona sur de América.

Milei llegó a la provincia sureña junto al ministro de Defensa, Luis Petri, y el del Interior, Guillermo Francos, la secretaria general de la Presidencia, Karina Milei, y Posse a bordo de un avión de la Fuerza Aérea, luego de que el viaje se confirmara en horas de mediodía.

En los ámbitos políticos, la principal especulación sobre el viaje relámpago del Presidente, es que se trató de una especie de gesto de desagravio con la generla, tras la negativa del gobernador Melella de recibirla con honores. «No vamos a recibir formalmente, oficialmente y de ninguna manera a la Jefa del Comando Sur de los Estados Unidos porque realizan prácticas militares junto a Gran Bretaña del Atlántico Sur», había adelantado el gobernador fueguino desde el Monumento a los Caídos.

En ese contexto, Milei consideró que Ushuaia podría ser un escenario propicio para el encuentro, que no se había concretado en Casas Rosada 24 horas antes En esa primera reunión, de la que participaron Nicolás Posse y Luis Petri, el Gobierno confirmó la firma de un acuerdo para la compra de 24 aeronaves de guerra  a Dinamarca, aliado de la OTAN de Estados Unidos. El acuerdo fue orquestado por el embajador nortamericano en la Argentina, Marc Stanley, y tuvo como contrapartida el quiebre de un acuerdo latente desde la gestión anterior para comprar ese mismo armamento, precisamente, a China. 

Tras un viaje algo accidentado, ya que la idea del mandatario era llegar a Ushuaia a las 21, para encontrarse con la enviada de Joe Biden, pero terminó arribando pasadas las 23.30, ya que el avión de la Fuerza Aérea salió de Aeroparque más tarde de lo previsto y debió hacer una parada técnica, fuera de planes, en Río Gallegos.

En medio del encuentro, Milei improvisó una breve conferencia de prensa, en la que agradeció “el apoyo del Gobierno de Estados Unidos” y señaló que “los argentinos como pueblo tenemos una afinidad natural con Estados Unidos. Es una tradición que tiene en sus bases la libertad y la defensa de la vida”, añadió. “Tristemente, la Argentina se apartó por mucho tiempo de esas ideas. Hoy las estamos volviendo a abrazar”, insistió Milei y expresó su “preocupación” por el hecho de que “occidente corre peligro” por las ideas populistas y comunistas que se manifiestan en la región. 

En el discurso remarcó que  “es importante reforzar los lazos de amistad con Estados Unidos” y al respecto anticipó que “el centro logístico que se constituirá será el puerto de desarrollo más cercano a la Antártida”.  “Vamos seguir reclamando nuestro derecho soberano en la Antártida. Muchos gobiernos se han llenado la boca hablando de soberanía, pero no han hecho nada por ella, por proteger nuestras fronteras del narcotráfico ni del terrorismo islámico”, apuntó.

Finalmente, enfatizó que “el mejor recurso» para defender nuestra soberanía es «reforzar nuestra alianza estratégica con Estados Unidos y con todos los países que abrazan las causas de la libertad”.

En la ciudad lo esperó una protesta organizada por diferentes sindicatos en la plaza Islas Malvinas, donde está emplazado el monumento a los caídos en 1982.