Con polémicas que van y vienen, internas e injustificado pedido juicio de político mediante, apenas pasado el mediodía de este jueves comenzó a replicarse un rumor que se confirmó oficialmente recién en horas de la noche: la salida de Marcelo Saín del Ministerio de Seguridad de Santa Fe y su reemplazo por un actual secretario de esa cartera, el peronista venadense Jorge Lagna.

Luego de un total hermetismo dentro del gobierno provincial durante toda la jornada, hacia las 21, el propio Lagna confirmó que se había reunido con Sain para ordenar la transición.

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«Acabamos de terminar una reunión de trabajo con Marcelo Sain sobre distintos tópicos de la gestión. Muy agradecido por la confianza que me ha dispensado el Gobernador Omar Perotti al ofrecerme hacerme cargo del Ministerio de Seguridad», expresó quien entrará en funciones probablemente este viernes.

Desde su llegada al Ministerio, Marcelo Saín se diferenció de la mayoría de sus pares por su perfil altamente mediático y provocador, lo cual, según se dice, le generó más de un dolor de cabeza al Ejecutivo provincial. Sin embargo, es cierto también que el ministro jugó (juega hasta ahora) un rol destacado en la interna que enfrenta a dos facciones del justicialismo santafesino, profundizada en la Legislatura a partir de los acuerdos de la oposición liderada por Miguel Lifschitz con el grupo encolumnado detrás del senador Armando Traferri, quien jaqueado por la investigación que lo liga con el juego clandestino, jugó cartas muy fuertes.

La gota que parece haber sido la que rebalsó el balde de la paciencia del gobierno provincial con el ministro es, tal vez, la más injustificada, ya que se trató de la difusión de un audio de una conversación privada del ministro de Seguridad, replicada hasta el cansancio en los medios de prensa, que también jugaron sus propias cartas en esta interna.

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La salida de Marcelo Saín podría dejar trunca una impostergable y profundamente necesaria reforma de la policía santafesina, y los muchos nichos corruptos que anidaron durante más de 20 años intactos, de no intensificarse una imprescindible modernización, no sólo de la fuerza, sino del marco legal que debe ser parte de las políticas de seguridad.

Desde temprano, las voces que pronunciaban la palabra ex ministro, también le ponían nombre al posible sucesor: el venadense Jorge «Pito» Lagna, hasta hoy secretario de Gestión Institucional y Social de la Seguridad y que, contra lo que se cree, no está tan alejado de la línea de gestión de su antecesor.