El presidente electo Mauricio Macri ordenó a su equipo económico poner en marcha hacia el 10 de diciembre un plan urgente con los gobernadores de provincias en rojo para asegurar los salarios, aguinaldos y el pago a proveedores clave que eviten tensiones sociales en el verano.

Buenos Aires, Mendoza, Santa Cruz, Chubut, Neuquén y La Rioja no tienen fondos para abonar los salarios y el medio aguinaldo, por lo que tras asumir el nuevo Gobierno dará asistencia financiera extraodinaria: se necesitarán unos 25.000 millones de pesos para liquidar compromisos antes de Año Nuevo.

La inminente liquidación de la soja acopiada por los productores y pooles de siembra en silobolsas desde hace dos años genera expectativas por el ingreso de dólares al Banco Central, pero también por la expansión que se dará del Fondo Federal Solidario (FFS).

El FFS, compuesto por un tercio de lo que el Estado nacional recauda en concepto de retenciones a las exportaciones de soja, está destinado a obras de infraestructura pero en el plan de contingencia del macrismo se prevé su uso parcial para cubrir la emergencia salarial.

Ya ocurrió a fines de 2013 cuando gobernadores e intendentes decidieron redireccionar parte del dinero que recibían por el FFS para pagar salarios, a pesar de que el decreto presidencial 243/09 (de creación) obliga a destinar los fondos sólo a obras públicas.

Macri y su designado ministro del Interior, Rogelio Frigerio, se reunieron con los gobernadores electos de la Rioja, Sergio Casas, y de Neuquén, Omar Gutiérrez, para analizar el escenario financiero; también pasó el cordobés Juan Schiaretti; y esta semana seguirán con la ronda de mandatarios y asesores.

En la agenda de prioridades para la semana que inicia es mantener reuniones con los equipos económicos de Mario Das Neves (electo en Chubut) y Alfredo Cornejo (elegido en Mendoza) debido a que las arcas que conducirán ellos desde el 10 de diciembre sintieron muy fuerte la caída de las regalías petroleras.

Mendoza necesitará 1.200 millones para sueldos y otros 600 para aguinaldos; Chubut, en tanto, saldrá a colocar deuda por unos 200 millones de dólares, tras la autorización de la legislatura a la administración saliente de Martín Buzzi en la última semana.

La orden de Macri pasa por pagar los sueldos y aguinaldos en tiempo y forma para evitar la conflictividad sindical y laboral, a nivel provincial y municipal, y que se responda a los proveedores clave como los laboratorios que abastecen hospitales y las empresas recolectoras de residuos.

«Si hay que parar obras como el asfalto, se pararán. Se trazaron prioridades y por allí iremos. Es un plan de contingencia, porque llegamos sin acceso a información detallada. Por eso, iniciamos contactos con gobernadores que siguen y con los electos«, explicó un integrante del futuro gabinete económico.

El escenario político también es complejo: 18 provincias y la Capital Federal renovarán autoridades en diciembre dado que sólo en Corrientes y Santiago del Estero no hubo elecciones gubernamentales este año y en Salta, Formosa y Catamarca los mandatarios fueron reelectos.

Macri entiende que la falta en el pago de salarios más los cortes de energía que podrían darse durante el verano por la saturación del sistema eléctrico podrían empujar a situaciones sociales indeseadas en sus primeros días de gestión y busca asegurar la gobernabilidad.

Cristina Kirchner firmó recientemente convenios por 9.466 millones de pesos para la ampliación del período de gracia hasta el 31 de diciembre de 2016 para el pago de capital e intereses de la deuda que unas 17 provincias tienen con el Estado nacional, lo que le dio oxígeno a los gobernadores pero amplió el rojo fiscal de la Nación.

Buenos Aires, Catamarca, Chaco, Chubut, Entre Ríos, Jujuy, Cirrientes, Mendoza, Misiones, Neuquén, San Juan, Río Negro, Tucumán, La Rioja, Salta, Tierra del Fuego y Santa Cruz no deberán pagar un solo peso durante 2016 a la administración Macri.

Y en el nuevo Gobierno buscan salidas de emergencia acordadas con los mandatarios provinciales a la espera de que, como dicen en el gabinete económico, la economía despegue y se acomoden los números del fisco con ajuste de los subsidios para los servicios públicos.