El Gobierno nacional analiza una reestructuración de la administración tras las elecciones del 22 de octubre con el objetivo de reducir el gasto público y lograr un recorte del déficit fiscal significativo en 2018, publicó un matutino porteño.

De acuerdo a la versión publicada por el diario La Nación, se analizan nuevos sistemas de contratación; reducción de secretarías; subsecretarías, direcciones y coordinaciones; congelamiento de incorporaciones a todo el sector público nacional; no reemplazar a los empleados que se jubilen o renuncien e incentivar traslados al sector privado.

Según el último relevamiento del Ministerio de Trabajo, el sector público nacional tiene hoy 740.611 empleados: solamente se  redujeron 1.436 puestos desde 2016.

El Gobierno informó que había desafectado a 15.000 agentes en la administración central (Poder Ejecutivo, ministerios y organismos descentralizados) y que ahorró 7.000 millones de pesos.

En principio, está en la mira una reducción de la estructura administrativa, que creció un 30 por ciento durante la gestión de Macri.

Se prevé que muchos ministros y funcionarios sean candidatos en las elecciones de octubre y al dejar el cargo se reducirán las estructuras administrativas que ocupan.

En ese contexto, la Casa Rosada estudia cambios en los sistemas de contratos para reducir direcciones y cargos jerárquicos.

Se analizará además la eliminación de «ravioles» (direcciones, secretarías y subsecretarías de Estado).

A fines del año pasado, ya se congelaron los ingresos en el sector público, mientras se analizan reducciones.