En sesión preparatoria en la Cámara de Diputados provinciales, se eligió por unanimidad como presidente al gobernador Miguel Lifschitz. Además, la mayoría la tiene el Frente Progresista Cívico y Social.

La vicepresidente será la justicialista Lucila de Ponti, mientras que la vicw segunda será la radical Jimena Senn.

En las elecciones de junio, el Frente Progresista Cívico y Social logró mantener la mayoría de la bancas tras obtener las 28 correspondientes al ganador.

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La primera minoría quedó en manos del Justicialismo luego de que Juntos se quede con siete. Unite lo siguió con seis; luego Cambiemos con cinco; y el Frente Social y Popular e Igualdad y Participación con dos cada uno.

El único cambio que se dio previo a la jura de hoy fue la división del bloque que era encabezado por Amalia Granata. La mediática decidió romper y conformar el bloque «Somos Vida» junto a Betiana Florito, debido a las diferencias con los otros cuatro integrantes de Unite.

Pero la expectativa de esta sesión de la asamblea legislativa estuv puesta en las impugnaciones a varios legisladores electos. La de mayor impacto social era la impulsada por Madres del Dolor contra la jura como diputado del ministro de Seguridad Maximiliano Pullaro. Para esto juntaron más de 7.000 firmas. Y otra impugnación contra la asunción de Amalia Granata por presunta vinculación en un caso judicial. Ambas fueron rechazadas.

Los legisladores, en cambio, dieron vista a la comisión de poderes para la resolución de las impugnaciones presentadas por José Bonacci a Walter Ghione, Natalia Armas, Nicolás Mayoraz y Juan Carlos Argañaraz, todos electos junto a Amalia Granata pero que ahora quedaron en un bloque de cuatro legisladores bajo la denominación «Somos Vida y Familia».

También resta definir el reclamo de la radical Cesira Arcando, que ocupó el sexto puesto en la lista de Cambiemos y plantea que le corresponde la banca que logró el quinto, Sebastián Julierac (Coalición Cívica).

Arcando fundamenta su pedido en el cupo femenino, en tanto Julierac argumenta que no debe aplicarse una vez pasadas las elecciones, sino en el armado de las listas.