El jefe de Gobierno porteño, Horacio Rodríguez Larreta, encabezó este jueves una actividad con alumnos de Pompeya junto a su ministra de Educación, Soledad Acuña, a quien en su entorno ya señalan como la favorita del mandatario para sucederlo en 2023.

La nueva fotografía de Rodríguez Larreta y Acuña calza en medio de la tensión creciente que experimenta la interna del PRO en la Ciudad de Buenos Aires, a medida que se acercan las definiciones sobre las candidaturas para el Ejecutivo porteño.

Además, se da dos días después de que la presidenta del PRO, Patricia Bullrich, respaldara públicamente como su candidato predilecto al ministro de Gobierno, Jorge Macri.

El jefe de Gobierno y la titular de Educación visitaron la primaria N°21, un establecimiento de jornada completa que se inauguró este año y que en 2023 se convertirá en escuela bilingüe.

“En este mundo hiperconectado de hoy, los jóvenes trabajan desde cualquier parte del mundo para cualquier país. Ese es el futuro en el que van a vivir los estudiantes y tenemos que darles las herramientas que necesitan para desenvolverse en él, como saber inglés, que te abre puertas infinitas”, aseguró Rodríguez Larreta.

El mandatario porteño lamentó que “algunos pretendan desfinanciar la educación y convertirla en variable de ajuste” y sostuvo: “Frente a tanta desidia y desinterés nosotros siempre vamos a redoblar la apuesta por una mejor educación con propuestas y con medidas concretas”.

“No hay futuro para la Argentina si no transformamos la educación”, advirtió Rodríguez Larreta durante una recorrida por la escuela de Nueva Pompeya.

Si bien el jefe de Gobierno no se ha expresado de manera abierta, en su entorno deslizan que Acuña será la elegida para continuar con su gestión a partir de 2023.

No obstante, Rodríguez Larreta también hace equilibrio para mantener una buena relación con el senador de Evolución Martín Lousteau, que ya anunció su postulación en representación de la UCR.

Las fotos que se sacó en los últimos días con el legislador radical despertaron el recelo y la desconfianza en el PRO, acelerando el apoyo de Bullrich a Jorge Macri.