Con el presupuesto 2019 aprobado, la política de ajuste incesante que viene impulsando el Gobierno Nacional se vio legitimada. El aporte de distintos sectores de la “oposición”, permitió que aquello que se ideara con la supervisión del Fondo Monetario Internacional (FMI), sea un hecho.

A pocas semanas de cerrar un año atravesado por el ajuste, la inflación, y la caída estrepitosa del consumo, la perspectiva de la economía de los trabajadores se presenta más que complicada. La inflación como principal azote sobre el bolsillo de los laburantes no presenta perspectivas de mejoramiento, y amenaza con profundizar la situación desesperante que viven muchos sectores de ingresos fijos.

Si bien diversas teorías brindan distintas cifras, la mayoría de ellas coinciden que el 2018 se cerrará con una inflación que podría rondar el 45%. El aumento de combustibles, tarifas y alimentos son los principales disparadores de los elevados índices inflacionarios. De este modo, se estima que la inflación 2018 se encamine a mostrar la tasa más alta desde 1991.

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Sobre el oscuro panorama que acorrala los intereses de los trabajadores, María Fernanda Boriotti, presidenta de Siprus, sostuvo: “Es menester seguir insistiendo con la unidad de acción ante tamaño ataque a los derechos de los trabajadores y las trabajadoras. Nuestro sector, el de la salud, se ha visto perjudicado de manera notable con el letal ajuste implementado por Nación”.

José Giavedoni es Adjunto de Coad, consultado sobre la presencia del G20 en nuestro país fue contundente: “Vienen a garantizar la política de expoliación que se está llevando a cabo en Argentina. Basta con contemplar  quienes participan de la cumbre para poder saber que intereses persiguen y a costa de quienes.

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Por último Luciano Cáceres, Adjunto de Amsafe Rosario, profundizó sobre la peligrosidad de que el año electoral enfríe las luchas. “La cercanía de las elecciones puede generar la segregación de distintos sectores, ya que la campaña política suele ser acompañada por la especulación y la desmovilización. Esperemos que esto no ocurra, ya que sería un grosero error proyectar a futuro lo que nos demanda el presente. Seguir generando planes de lucha, es lo único que puede darle al trabajador un poco de alivio ante tanta opresión”.