El tema no es menor, las «erráticas» e inexplicables políticas del Banco Central se dan de patadas con el rumbo que le imprimió el Ejecutivo y su ministro de Producción, respecto de los lineamientos de un sector que ostenta el 70 por ciento de los trabajadores formalizados de Argentina, en las casi más de medio millón de pymes.
Hace más de tres semanas que algunos senadores del oficialismo impulsan proyectos en los que se proponen resguardar la continuidad de las pequeñas y medianas empresas.
El anuncio del presidente de facilitar el pago de salarios con créditos a través de la banca privada, fracasó. Así lo hicieron saber a Conclusion, varios titulares de distinntas cámaras empresaria como, Marcelo Fernández, Leo Bilanski de Enac, Daniel Rosato de IPA, y otros.
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En este marco se hace difícil sostener la aprobación del pliego de Miguel Ángel Pesce, si se tiene en cuenta que la titular del Senado, Cristina Fernández de Kirchner hubo previsto que habrá sesiones remotas por el termino de dos meses. Además, por el cambio de prioridades que estableció la irrupción de la pandemia en Argentina.
El pliego de Pesce nunca fue incluido en el temario de la Comisión de Acuerdos, que preside la otrora candidata a gobernadora de la provincia de Mendoza, Anabel Fernández Sagasti, ni tampoco se le hechó mano a la mayoría que ostenta en la Cámara alta, el bloque del Frente de Todos para cerrar el tema.
El coronavirus marcó la agenda parlamentaria, Pesce continuará en «comisión» al frente de la máxima autoridad monetaria en materia financiera del país.
No falta quien desde la UIA, lee el tema como una situación cercana a la disputa política y otros que aducen que se trata de la falta de aptitudes para navegar en medio de la tormenta. Lo primero puede se cierto, pero lo segundo es mentira?
Hace menos de una semana, la UIA le pidió al Central celeridad en los créditos y Pesce le presentó a Acevedo nuevos instrumentos para financiar a empresas en el mercado de capitales.
Las iniciativas de una senadora santafecina que impulsaba la prórroga de un decreto, que propiciaba atender la situación de las pymes, evidenció que no solo estaba dirigido a Pesce sino también al gabinete gubernamental.
Del escarceo participaron los titulares de las cámaras empresarias, y legisladores del Frente de Todos que presionaron públicamente a Pesce para que prorrogara el decreto del 20 de marzo que obligaba a los Bancos a tomar medidas para que protejan la cadena de pagos.
En diálogo con Conclusión, el cordobés Carlos Caserio sostuvo que lel proyecto presentado junto al presidente del Bloque del Frente de Todos en la Cámara alta, José Mayans, proponía que»el Banco Central de la República Argentina, debía fijar las tasas de cada uno de los créditos».
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«Las tasas tienen que ser bajas», dijo el congresista, al tiempo que agregó que «también negativas en relación a la inflación». Pero pronto aclaró que las mismas, tenían que ser accesibles, para sobreponerse al estancamiento y el ahogo que padecen las pymes».
Algunos empresarios desmitificaron anuncios sobre la cantidad y el monto de los créditos otorgados, tal el caso de los empresarios de Enac que aportaron que del universo de pymes, más de 400 mil, solo 2000 empresas pudieron lograr su propósito.
En este marco, más allá de los temores del Central, tenía a su favor la normativa que establecía que no se podía inhabilitar cuentas, cobrar multas, y percibir comisiones por cheques que fueran rechazados.
Además, contemplaba una prórroga para presentar cheques comunes o pago diferido; y la habilitación a otorgar créditos a deudores previsionales. Es decir prorrogar todas aquellas medidas que dieron origen a la emergencia.
