Las alarmas represivas nunca dejaron de sonar  en el vientre de aquellos pueblos que siguen luchando por el recupero de su identidad. Despojados de casi todo menos de su dignidad, aquellos que siguen aferrados a la tierra y a la memoria lejos están de bajar los brazos.

El Estado Nación forjó sus cimientos a través de la sangre derramada por aquellos que sin entender su odio irracional, supieron resistir a duras penas. La muerte primero, las leyes y el alambre después, sirvieron como argumento disciplinador para anteponer una legalidad ficticia  a todo aquello que la historia pocas veces se encargó de revisar.

La palabra oficial, el relato hegemónico de aquellas familias que hasta hoy en día manejan los hilos de esta marioneta llamada Argentina, fueron construyendo una “verdad” a la que se debe interpelar con efusividad.

La represión, el hostigamiento y el hambre, han sido las únicas monedas de cambio de un Estado que entiende que nuestros hermanos deben naturalizar una condición impuesta por la fuerza. Días atrás, en Sáenz Peña, Chaco, perdería su vida Ismael Ramírez, un joven de 13 años miembro de una de las comunidad Qom de ese lugar.



Un cobarde disparo impactaría en su tórax, su vida se esfumaría en cuestión de minutos, un nuevo asesinato en el marco de una pobreza y exclusión salvaje. El odio racial de un país con ínfulas europeas, que mira con odio y desprecio a los verdaderos dueños de estas tierras.

“Lo de Ismael no es otra cosa que un atropello más hacia nuestro pueblo, una resistencia estoica que debemos consolidar y hacer más fuerte”, le dijo a Conclusión Julián Fernández miembro del Pueblo Qom.

La necesidad de un despertar que empuje el levantamiento de los hermanos dormidos, “el recupero de nuestra identidad, de nuestras raíces es lo que venimos impulsando aquellos que entendemos que el Estado jamás podrá devolvernos aquellos que nos arrebató. Nací en el Chaco pero tuvimos que migrar a Formosa debido al avance del latifundio, hace 9 años que me encuentro en Rosario activando la consciencia para entender que el camino es por ahí”, sostuvo.

La creación del enemigo interno por parte del Gobierno Nacional, ha dejado al Pueblo Nación Mapuche nuevamente en pie de guerra en el sur de nuestro país.

Alejandro Jones Huala es tío de Facundo, detenido y judicializado por exigir la devolución del territorio ancestral, “acompañamos la lucha de los hermanos Qom, elevando la bandera de la memoria por Ismael, Rafael Nahuel , el Weichafe Santiago Maldonado y muchos otros de los que poco se sabe pero que no están”, enfatizó el werken de la Pu Lof en resistencia de Cushamen.