Los historiadores e investigadores Andrea Andújar y Ernesto Rodríguez visitaron este viernes Rosario para encabezar el taller «Identidad y Memoria obrera», organizado por la filial rosarina de Abuelas de Plaza de Mayo en el Centro Cultural la Toma, y analizaron ante Conclusión los distintos procesos de construcción identitaria y su vinculación con los diferentes relatos históricos que se erigen y erigieron a lo largo del tiempo.

La propuesta tiene lugar en el marco de la campaña federal “Identidad en Lucha”,  lanzada por Abuelas para conmemorar sus 45 años de vida y destinada a llevar el mensaje de búsqueda de nietas y nietos apropiados durante la última dictadura cívico militar a los sindicatos, gremios y el movimiento estudiantil organizado de Rosario y la Región.

El taller «Identidad y Memoria obrera» tiene como objetivo reflexionar sobre la identidad en términos de clase y de género en relación con la historia regional y comunitaria, con un panel integrado por la investigadora del Conicet y del Instituto de Investigaciones de Estudios de Género de la Facultad de Filosofía y Letras de la UBA, Andrea Andújar; el historiador del Instituto Superior de Profesorado Nº 3 «Eduardo Lafferriere» de Villa Constitución, de Santa Fe; y la investigadora del Área de Economía y Tecnología de Flacso Argentina, Victoria Basualdo.

«Identidad y Memoria obrera son conceptos que efectivamente están relacionados, porque es impensable la posibilidad de construir identidad sin memoria. Ella es imprescindible para la construcción de todos los procesos sociales. Si no tuviéramos memoria no podríamos avanzar como humanidad», resaltó Rodríguez este viernes ante Conclusión, antes de encabezar del taller en el Centro Cultural la Toma.

«En el caso de los procesos de memoria que vamos a analizar, que en mi caso es concretamente el proceso conocido como el Villazo y la represión posterior -anticipó-, se trata de una situación de conflicto en la que indudablemente, los que actúan son diferentes protagonistas, que tienen participaciones distintas. Está aquel que es un héroe; otro que es una víctima; aquel que es un mártir; sus familiares; los que fueron represores, carneros o entregadores; de todo. Es decir, como tenemos una amplia multiplicidad de actores, es impensable también pensar en una sola memoria. Hay múltiples memorias».

Según el historiador, no hay nada con respecto a la memoria que esté consolidado en el tiempo y sea para siempre, pero sí existe una memoria que en determinado momento histórico aparece en un lugar hegemónico que, como tal, está expuesto a la disputa del sentido, que se da a través de diversos relatos.

Esa multiplicidad de relatos e identidades que se construyen a partir de los mismos es la que busca abordar la campaña lanzada por la filial rosarina de Abuelas de Plaza de Mayo.

«Esto nos permiten pensar en una multiplicidad de identidades que atraviesan a la propia clase trabajadora. En general, hemos pensado mucho a la historia de la clase como una historia masculina. Hay una identidad masculinizada en la manera de relatar; de reconstruir y de recordar el pasado. Sin embargo no es la única, y hay una pugna en tal sentido», destacó la investigadora del Conicet y del Instituto de Investigaciones de Estudios de Género de la Facultad de Filosofía y Letras de la UBA, Andrea Andújar, en declaraciones a Conclusión.

«Si no preguntás ni buscás esas huellas, realmente no vas a encontrar nada. Me parece que la tarea no consiste en aplanar el pasado y tratar de tener un único relato; no es necesario. Lo importante es tratar de poner sobre la mesa aquello que no se ha visto, y para ponerlo ahí tenés que interrogar. (En la historia) me encuentro con mujeres peleando junto a varones y discutiendo con ellos, el problema es que ese hallazgo de las mujeres en las fábricas; en las calles o en las urnas no fue objeto de relato ni de pregunta. Hay que salir a buscar, a relatar y contar», enfatizó.