Transitó por la función pública como secretario de Prensa y Difusión del gobierno de Carlos Menem, pasó por el área destinada a la fabricación de medicamentos durante el gobierno de Cristina Kirchner e imparte clases en la Universidad.

Así lo afirmó a Conclusión Jorge Rachid, médico sanitarista, escritor, docente y militante, quien en su visita a Rosario habló sobre varios puntos que tienen que ver con los social, con lo educacional y sobre la importancia de cuidar la salud en tiempos de neoliberalismo.

— ¿Médico antes que político?

Como proyecto de vida todo lo que hago está referido a cambiar la estructura de la injusticia. Desde la medicina, que hace muchos años viene sufriendo un proceso de degradación paradigmático, filosófico y deshumanizante muy fuerte. Doy charlas por todo el país, recuperando a ese gran sanitarista argentino Ramón Carrillo, aquel que nos enseñó que el mejor plan de salud es tener agua corriente y cloacas y nos dijo que las bacterias y los virus son pobres causas de enfermedades al lado de la pobreza, la miseria y la exclusión social. Lo que más despliego desde el punto de vista del pensamiento tiene que ver con mi carrera docente, que es lo que me alimenta, los jóvenes me alimentan en la facultad hace 25 años. Estoy en la facultad de Lomas de Zamora en Ciencias Sociales y ahí el alimento intelectual que uno recibe de las nuevas generaciones es inmenso. Puedo llegar a mi edad y entender las nuevas culturas de los jóvenes. Muchos de mi generación están soberbios y rencorosos. En realidad las nuevas generaciones tienen tanto que ofrecernos, es como si uno va al África y tiene que aprender porque quizás no conoce ni su idioma ni su cultura. Pero si uno le pone el oído, le pone el corazón y le pone el cuerpo, seguramente va a ser mejor persona.

— ¿Los médicos que salen de la facultad están preparados para ejercer en la salud pública?

En todos los procesos políticos que se dieron en los últimos 40 años, con una cultural neoliberal dominante los pequeños logros que hemos tenido en conducción de carreras o universidades, no hemos podido modificar la matriz curricular de la formación de los médicos que todavía sigue siendo una matriz que está al calor de estas nuevas teorías que imponen las farmacéuticas y la industria de tecnologías médicas, que tienen que ver con el tratamiento de la enfermedad, que con la preservación de la salud. El sistema nos necesita enfermos, no nos necesita ni sanos ni muertos porque no le damos lucro. Los jóvenes cuando entran a la facultad de medicina entran con amor, por amor al prójimo, tan simple y profundo como eso, pero cuando salen, salen con otra matriz justamente por la desviación curricular que existe en esto de la teocracia, del manejo deshumanizado con los pacientes. El sistema capitalista llega a modificar a estos nuevos profesionales por varios factores, por las presiones de trabajo que existen en las cuales un médico llega a atender entre 6 y 8 pacientes en una hora.

— ¿Qué importancia tiene la salud en los tiempos de neoliberalismo?

La salud no es solamente sistémica del organismo, la salud es parte de un complejo entramado de emociones, todo lo que tiene que ver con la salud actúa desde los miedos hasta el salario, todo eso tiene que ver con la salud todo interactúa Hoy una persona despedida esta altísimo riesgo sanitario, porque se disparan enfermedades ante la inmunodepresión que le provoca el dolor de perder su expectativa de vida y su proyecto de vida.