Banderas de colores, paraguas, pomos de espuma, champagne y mucha selfie. Y los recordatorios constantes a Cristina Kirchner fueron parte de la fiesta PRO. Es que los seguidores del macrismo sonrieron este domingo con la esperanza renovada de creer en un gobierno que los represente.

Desde las 18, apenas algunos medios dieron a conocer la noticia de que los boca de urna daban como ganador a Mauricio Macri, las sonrisas se apoderaron del ambiente en el búnker PRO de San Lorenzo y Maipú. Con el correr de los minutos, la gente comenzó a llegar al mismo tiempo que los datos oficiales, y una hora más tarde la capacidad del establecimiento se colmó.

La fiesta se trasladó a la calle, y los bocinazos coparon el centro de la ciudad. Una fiesta cargada de alegría, de familia, y de sonrisas que llegaban especialmente de parte de gente mayor, que hacía tiempo no se sentía representada por el gobierno.

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Ni un sólo bombo se escuchó en el búnker, ni después en el Monumento a la bandera, donde se trasladó la celebración a eso de las 21. Los cantitos militantes se entonaron principalmente cuando se encendían las cámaras, mientras que el resto del contexto eran abrazos, era ver familias juntas con los niños jugando, en un ambiente más de serenidad que de fiesta, de sentirse tranquilos y esperanzados de el futuro que pueda llegar.

Los concejales Carlos Cardozo, Gabriel Chumpitaz y Julia Bonifacio, presentes en ambos lados como representantes del partido en los festejos de la ciudad, recibieron el afecto de los rosarinos, a quienes constantemente agradecieron.

Únicamente llegado a las 22 se dio un cruce, que fue cuando una persona en su auto insultó a los que festejaban en el Monumento, pero la cosa quedó solamente en eso.

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El momento de la palabra de Daniel Scioli fue uno de los que más disfrutaron para reírse los presentes, que tomaron este triunfo como un «desquite por lo de Miguel», en alusión a la derrota de Miguel Del Sel por la gobernación de la provincia.

La fiesta siguió en paz, moderada, con muchas banderas argentinas y de Cambiemos, y con cantitos aislados que denotaron que en Argentina, efectivamente, se viene un cambio.

«Acá no se reparten choripanes, acá se compra pizza con anchoas», gritó uno, y varios se le unieron en risa; carteles de «Chau 678» y «Chau Cristina», pegados a una caja de un televisor Ultra HD; y canciones como «Se va a acabar esa costumbre de robar», «Que se vayan todos», y un amistoso «Estoy con vos», fueron algunas cosas del folklore de Cambiemos, siempre rematado con el «Se siente, se siente, Macri presidente».

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