Maximiliano Rusconi, abogado defensor del experto en informática Diego Lagomarsino, aseguró hoy que la computadora del fallecido fiscal Alberto Nisman registra “un movimiento generado localmente” a las 7.25 del domingo 18 de enero.

Mediante un comunicado distribuido a los periodistas en la puerta de la fiscalía de Viviana Fein, en Tucumán 966, de la Capital Federal, el letrado insistió en su hipótesis que la computadora no fue operada en forma “remota” sino que el contacto fue “local”.

Rusconi reiteró la versión según la cual en ese ingreso quien hubiese operado la máquina entró “en los sitios web de La Nación, Clarín, Perfil, en el correo electrónico y efectuó una búsqueda en Google”.

Ese supuesto movimiento originó que la jueza de instrucción Fabiana Palmaghini dispusiese ayer (a pedido de la jueza Sandra Arroyo Salgado, ex esposa de Nisman) el allanamiento en la vivienda de Lagomarsino para el secuestro de los equipos y sistemas de computación.

Una fuente allegada a la pesquisa señaló que en el expediente figura un acta en la que consta un acceso a Internet, desde esa computadora, pero con fecha 19 de enero ignorándose si es un dato nuevo o, simplemente, fue un error de tipeo.

Los mismos informantes indicaron que esta mañana la división Apoyo Tecnológico de la Policía Federal remitió a la fiscal Fein una serie de “actuaciones complementarias” sobre las pericias.

La modelo que declaró en el caso Nisman 

Jorge González Novillo, abogado de la modelo Florencia Cocucci, a quien se vincula sentimentalmente con Alberto Nisman, reafirmó que su clienta, quien prestó hoy declaración testimonial en el marco de la causa que investiga la muerte el fiscal, mantenía una “relación superficial” con el ex titular de la UFI-AMIA que se daba en el ámbito de “los boliches”.

Además, consignó que las fotos que circula en los medios y en las redes sociales en las que se los ve en una playa del Caribe y en un avión corresponden a un viaje que compartieron “Coccuci, otra chica más y el doctor Nisman” en noviembre del año pasado a Cancún, a raíz de una producción fotográfica que tenía que hacer su cliente en esa ciudad.

“Lo que declaró ella puntualmente en la testimonial, es que, un día en uno de los boliches que lo encontraba, le contó al fiscal que tenía que ir a hacer una producción fotográfica a Cancún y que Nisman le dijo que tenía unos días libres  y que le gustaría ir. Así fue que concurrieron ellos y una persona más en noviembre del 2014 a Cancún”, detalló el abogado.

Según aseguró a la prensa, la declaración testimonial de Florencia Cocucci ante la fiscal Viviana Fein “fue breve, duró unos 40 minutos”, en los que no hubo “ninguna pregunta vinculada” a su presunta presencia en el departamento de Nisman la noche previa a su partida hacia Europa, en diciembre pasado, “porque debe haber elementos que acreditan fehacientemente que no estuvo en el departamento ni en esa presunta cena”.

En este sentido, el abogado insistió en remarcar que Cocucci “sabía que Nisman era fiscal a cargo de la causa AMIA” pero que, al ser una relación “de locales bailables, de un año y pico”, se trataba de un vínculo “superficial”.

Además, reiteró que su clienta “nunca jamás” estuvo en el departamento de Nisman en la zona de Puerto Madero, adonde el 18 de enero pasado fue hallado sin vida el fiscal.

También, González Novillo contó que el último contacto que había tenido Cocucci con el fiscal fue cuando “mandó un mensaje ómnibus a la gente que conocía, muy extenso, en el que manifestaba la denuncia que había promovido”, y aseguró que su clienta le había respondido “¡¿y?!, como diciendo no entiendo nada”, a lo que Nisman respondió (dijo) “ya te vas a enterar”.

“En base a las preguntas previas y a haber corroborado que era una relación muy superficial, podían inferir claramente que (Cocucci) no podía aportarles nada significativo al respecto”, sostuvo el abogado cuando se le consultó si la fiscal había requerido información sobre el estado anímico de Nisman a su clienta.

En otro orden, aseguró que Cocucci “no conocía” al técnico informático Diego Lagomarsino (quien le entregó al fiscal el arma con la que luego apareció muerto de un disparo) y que se sentía “muy mal, desbordada, por la entidad que había adquirido su figura en esta causa”.