Un grupo de activistas y dirigentes sociales liderados por Juan Grabois ingresó en la estancia del magnate británico Joe Lewis, frente a Lago Escondido, en la provincia de Río Negro.
Además de fotografiarse junto al espejo de agua situado cerca de San Carlos de Bariloche y las edificaciones del lugar, denunciaron la existencia de «un Estado paralelo» y «solo accesible los jerarcas del poder judicial, las fuerzas de seguridad, los medios hegemónicos y los políticos serviles al poder real».
La consigna hace referencia a la filtración de chats que dio a conocer que en octubre pasado una serie de jueces y fiscales, como Julián Daniel Ercolini y Carlos Alberto Mahiques; funcionarios de la Ciudad, como el ministro de Seguridad y Justicia, Marcelo D Alessandro; y directivos del Grupo Clarín participaron de una reunión en la estancia de Lewis, ubicada en el Departamento de Bariloche, provincia de Río Negro.
Entre los presentes, también se encontraba Federico Fagioli, uno de los diputados nacionales del partido que Grabois preside, el Frente Patria Grande, que integra el Frente de Todos (FdT).
Previo al desembarco, Grabois publicó un video en redes sociales donde instó a los gobernantes locales, provinciales y nacionales a que «se pongan la celeste y blanca para defender los derechos del pueblo y de su Patria» y apuntó contra «las ocupaciones ilegales de Joe Lewis en el sur» en medio de las denuncias contra el empresario por haberse adueñado tierras públicas y limitar los accesos del patrimonio natural.
Hace 20 años hay un fallo para abrir un sendero público. El Lago Escondido forma parte de un enclave colonial inglés asentado ilegalmente en una zona de seguridad nacional. No puede haber una propiedad de una empresa transnacional, lo dice la ley», cuestionó el dirigente social, cercano a la vicepresidenta Cristina Kirchner, sobre los otros dominios de Lewis: un aeropuerto en Sierra Grande y la Estancia El Cóndor, en el Estrecho de Magallanes, a kilómetros de las Islas Malvinas.
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