El ex secretario de Obras Públicas José López aseguró hoy que los 9 millones de dólares que llevó el 16 de junio de 2016 al convento de General Rodríguez los tuvo por pedido del entonces secretario de Cristina y Néstor Kirchner, Fabián Gutiérrez.

«A mediados de mayo de 2016 fui citado a una reunión por Fabián Gutiérrez, quien fuera secretario privado de Néstor y Cristina Fernández, y me dijo que necesitaba mover una plata de Daniel Muñoz sin que se enterara su mujer Carolina Pochetti», relató el ex funcionario quien declara por videoconferencia como imputado por enriquecimiento ilícito.

No obstante, aclaró que él sabía que «los mensajes venían de Cristina Kirchner». «No hablé antes por temor a Cristina Kirchner porque es una persona muy vengativa», dijo López.

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Según relató López desde un lugar desconocido, pues forma parte del programa de protección de testigos e imputados colaboradores, Gutiérrez le dijo que «era una plata de la política».

«Conversamos sobre lugares y opciones y yo le comenté lo del convento: ‘José necesitamos que se cumpla con este operativo, que salga perfectamente, es mejor para todos, las consecuencias pueden ser tremendas para vos y tu familia’, me dijeron», relató.

Siguiendo el relato, dijo que el 15 de junio, el día anterior al episodio de los bolsos, le envió mensajes y por la noche lo llamaron a las 23 horas. «Llegaron tres personas, dos en un auto y uno en una moto.

Bajaron los bolsos y me dijeron que tenía que tirar los 3 celulares que tenían a los cuales me habían llamado: uno era de Río Gallegos, otro de Buenos Aires y otro punta a punta que tenía desde hace mucho tiempo, me dejaron sólo los dos celulares personales que tenía», acotó. «Me dijeron: ‘si tenés un arma llevala por cualquier cosa que pase tanto a la ida como a la vuelta», recordó, pues en el lugar luego fuera hallado con una carabina por la cual fue condenado por la portación ilegal de arma de fuego.

Según López, en el camino en su vehículo al convento en distintos lugares advirtió que esos tres desconocidos – quienes no están identificados- lo siguieron hasta el lugar donde arrojó los bolsos.

«Arrojé los bolsos por el muro y salte para avisar que me abrieran el portón y así poder ingresar el auto con las valijas. Cuando me abrieron, cuando el auto estaba vigilado pedí hablar con Madre Alba (N de la R: la principal religiosa del lugar) para solicitarle que me iba a quedar esa noche en el convento», recordó.

«Me dijo: querés asilo, que hiciste, robaste algo», contó López y agregó: «No madre, yo no robo, ayudo al convento»; eso fue parte del diálogo que tuvo aquella madrugada del 16 de junio de 2015, con sconnes mediante.

Según dijo, ahí llegó la Policía y él se puso nervioso, pensando además que habían detenido a los tres desconocidos que lo siguieron al convento: «Cuando llegué me di cuenta que no estaban, pensé me habían entregado y me usaron como chivo expiatorio».